" LEYENDAS DE ESPAÑA Y DEL MUNDO"

Indra es el dios de la guerra.  Se muestra capaz de las mayores hazañas, sobre todo cuando ha consumido soma, la bebida sagrada que da vigor e inmortalidad, porque ha devuelto a la tierra el agua de los ríos que la fertilizan. Armado de un rayo, Indra a veces se acompaña de los marut, los vientos de la tormenta.  En sus expediciones, monta sobre Airavata, su elefante blanco de seis colmillos.  Los sacerdotes, o brahamanes, le imploran que escuche las alabanzas que le dirigen.  Si son perfectas, el dios concederá la victoria en combate a los que le hayan implorado.  Este magnífico y generoso dios es el invocador más frecuente en los textos veda. En la India, el agua de los ríos es esencial: riega la tierra y la hace más rica para los cultivos.  Sin el agua, los hombres padecerían hambre.  Un día, la terrible serpiente Vritra impide que fluya el agua de los ríos atravesándose en su curso y formando un dique con su cuerpo.  Pero Indra decide liberar las aguas prisioner

Una de las deidades más antiguas del panteón hindú, Surya es una de las potencias solares primitivas más definidas.  El propio sol, adorado como dios. En los  antiguos himnos del Rigveda, Aditi es el poder benévolo visible más allá del cielo, la bóveda celesta con sus nubes y sus estrellas.  De los ocho hijos que tuvo apartó de sí al sol, probablemente porque no podía permitir que le relacionaran con el ser responsable del terrible calor que durante la estación seca asola India. La intensidad insoportable de Surya se repite en diversos mitos.  Cuando Surya contrajo matrimonio, su esposa Sanjna (conciencia) quedó tan agotada por el deslumbrante interés que manifestaba su marido que no pudo resistirlo y tuvo que dejarlo.  Antes de partir arregló las cosas para que la criada ocupara su puesto. Sanja fue a vivir al bosque bajo la forma de yegua.  Surya la echó de menos muy pronto y averiguó su paradero, se transformó en caballo y se apeó con ella.  En consecuencia, San

Este dios de la luz es el salvador de Irlanda.  Gracias a él, los tuathas de Danann, dioses jóvenes y hermosos, consiguen derrotar a los fomoiré, divinidades marinas que siembran el terror en la isla. El aterrador Balor, jefe de los Fomoiré, sólo tiene un ojo cuya mirada aterroriza a todos los que la cruzan con la suya. Un presagio le anunció que sería asesinado por su propio nieto.  Encerró a su única hija para que no tuviera ningún hijo.  Un día, es seducida por un dios tuatha y da a luz a trellizos.  Balor los lanza al mar.  Uno de los tres sobrevive: es Lug Los tuarthas de Danann (tribu de la diosa-madre Danu) , deben enfrentarse continuamente a los Fomoiré, pero las batallas se suceden sin una victoria decisiva.  Su rey, Nuada, ha perdido un brazo, que el dios de la medicina ha reemplazado por uno de plata.  Cuando llega Lug, u inteligente joven desconocido, Nuada le encarga que organice la batalla. Lug prepara a los tuathas para el ataque y ambos ejércitos se

Según la leyenda, son los fundadores de Roma.  Hermanos gemelos y enemigos, dan a la ciudad su origen divino, pero uno de los dos morirá. Sus padres fueron el dios Marte y Rea Silvia, la heredera del trono de la ciudad de Alba.  Para reinar en Alba, el traidor Amulio manda encerrar en la cárcel a su hermano Numitor y obliga a su sobrina Rea Silvia a convertirse en vestal, lo que le prohíbe tener hijos.  Pero seducida por Marte, pronto da a luz dos gemelos: Rómulo y Remo. Amulio mata a Rea Silvia y coloca a los bebés en una cesta de mimbre que arroja al río Tíber.  La cesta termina al pie de las colinas de la futura ciudad de Roma.  Una loba, enviada por el dios Marte, amamanta a los niños antes de que un pastor los descubra y decida criarlos. Ya adultos, Rómulo y Remo descubren su ilustre origen.  Devuelven el trono de Alba a su abuelo Numitor, el rey legítimo, y deciden fundar una ciudad en el lugar donde los encontró la loba. Pronto los separa una disputa ¿Qui

Pandora El dios herrero Hefesto, fabricó con arcilla a Pandora.  Atenea la dotó de vida y Afrodita le concedió  belleza.  El perspicaz Hermes le enseño la astucia y organizó su matrimonio con Epimeteo, hermano del  dios Prometeo. A Zeus le desagradaban los mortales y hacía lo imposible por hostigarlos.  Prometeo les brindaba cuanta protección podía.  Zeus se enfadó tanto cuando Prometeo dio el fuego a la humanidad, que se convirtió en su enemigo, e introdujo a Pandora en la tierra para que poblara de males el mundo.  Epimeteo no  hizo caso de las advertencias de Prometeo, se casó con Pandora y aceptó como dote una jarra sellada de dones divinos. Pero la jarra albergaba todos los males que podían asolar el mundo.  Lo único bueno que contenía era la esperanza, situada en el fondo.  Pandora desoyó los consejos de su marido y un día abrió la jarra y dejó que la desolación se extendiera por el mundo.  Según otra versión del mito, la jarra contenía todo lo  bu

                        MASAI                   Le-eyo era el responsable de proclamar, cuando un niño moría, que se marchara para  luego volver y, además, también le encargaron la tarea de decirle a la luna que debía  irse y no regresar. El pobre Le-eyo, profundamente afectado por la muerte de su propio hijo y ofuscado  por el dolor, le dijo al niño que se marchara y no volviera, e informó a la luna que  debía marcharse para regresar más tarde.  Según el pueblo masai, a causa de esta confusión, la luna ha conservado desde entonces un ciclo continuo de elevación y  puesta, en el que crece y decrece.

Los helenos representaban a la Esfinge como un ser alado con cabeza de mujer y cuerpo de león. hija de Tifón, el monstruo de muchas cabezas, y de la serpiente Equidna, la diosa Hera la envió a la tierra para castigar a la ciudad de Tebas, en Beocia. Según otra versión del mito, la Esfinge fue enviada por Apolo después de que el pueblo de Tebas se olvidara de cumplir los ritos sagrados al dios. La Esfinge moraba en un lugar solitario y se aprovechaba de los viajeros desafiándolos a que resolvieran un enigma. Les preguntaba: "¿Cuál es el animal que por la mañana tiene cuatro paras, a medio día dos y tres al atardecer?". Mientras nadie respondiera correctamente, persistiría la plaga que asolaba Tebas. Pero Edipo dio la respuesta correcta: "Te refieres al hombre, que primero es un niño que avanza a gatas, luego camina erguido y en su vejez se apoya en un báculo cual si fuera una tercera pata". En cuanto oyó que Edipo resolvía el enigma, la Esfinge se arr