" LEYENDAS DE ESPAÑA Y DEL MUNDO"

Imagen de  G.C.  en  Pixabay Re creó una pareja para él, Sacmis (poder, poderío). Re acabó enojado con la humanidad al creer que conspiraban en su contra continuamente. La gran Enéada le persuade para que envíe su Ojo, origen de su poder, en la forma de la leona Sacmis a la tierra. Sacmis mata humanos sin descanso hasta que en la tierra no se oyen más que lamentos de terror. Re, más calmado y avergonzado por su arrebato de ira, llama a Sacmis para que regrese a su lado. Sin embargo, ésta, se siente deseosa de sangre y no acude a la llamada por lo que Re decide engañarla. Tiñe el Nilo del color de la sangre para atraerla, pero convierte el agua en cerveza. La leona bebe con avidez hasta que, saciada, cae en un profundo sueño. Cuando despierta, olvida por que ha sido enviada allí y regresa mansamente junto a Re. Todos los años el Nilo se tiñe de rojo, cuando las primeras inundaciones arrastran los ricos sedimentos de las montañas de Etiopía. Durante los meses de v

  El general Thuti vivió cuando imperaba en Egipto la decimoctava dinastía. Era uno de los mejores guerreros egipcios y había acompañado al rey Tutmés III, el de las grandes conquistas, en todas sus campañas victoriosas. En la batalla estaba siempre al frente de sus tropas, por lo que los soldados le seguían con gran entusiasmo. Decían que nadie podía ser comparado con él. Por todo esto el rey le dispensaba gran afecto y le permitía estar con él en su palacio. Un día en que, como de costumbre estaban juntos, el faraón y su guerrero, llegó un mensajero de Joppe, ciudad situada en la región de T`hai. Esta comarca estaba situada junto a la desembocadura del Nilo. Llegaba el mensajero presuroso, jadeante, y pidió ser llevado ante el faraón en el acto. Cuando llegó ante él, le dijo que el reyezuelo asiático de Joppe había dejado de prestarle obediencia y se hallaba en rebeldía. Al oír esto, Tutmés se encolerizó y, con los ojos llameantes, invocó a los dioses. Después hi

Imagen de  eric m  en  Pixabay Cuenta Heredoto que Amasis había llegado al trono de Egipto desde una vil condición, ya que antes se había dedicado al robo y al pillaje. Su elevación al trono causó una gran sorpresa y un enorme disgusto, pues los orgullosos egipcios se vieron así mandados por un hombre a quien juzgaban de clase inferior a los más bajos.  Amasis, viendo el desprecio con que era tratado, resolvió dar una lección a sus desdeñosos súbditos. Entre los objetos que poseía para su uso personal se encontraba una jofaina de oro, en la que se lavaban los pies todos los que iban a comer con Amasis.  Mandó fundir la palangana y con el oro hacer una estatua de una divinidad, poniéndola después en una plaza pública.  Todos los que pasaban por enfrente de la estatua se volvían a ella y la adoraban con veneración. Amasis mandó reunir a todos los que habían adorado a la estatua y les dijo; -Esa estatua ante la cual os habéis inclinado tan reverentemente no es más que la jofaina en que os

Imagen de  Nanne Tiggelman  en  Pixabay   Horus era el hijo de Isis, concebido con el espíritu de su marido, lo que convertía a Set en su tío. Horus era el dios local de Nejen y Set, de Nagada. La supremacía militar de Nejen, cuyo líder se convirtió en el primer rey de Egipto, ante la derrotada Nagada, fue recogida en este mito, en el que Horus finalmente consigue derrotar al perverso Set. En la ciudad de Edfu hogar de Horus, se celebraban festividades anuales para conmemorar la victoria. Los relieves representan a un actor interpretando a Horus quien, públicamente y sin duda para aclamación popular, cazaba a las criaturas relacionadas con Set por las calles de la ciudad. Horus y Set dan caza a Set, el maligno. Según el Primer Acontecer, se creía que en la naturaleza todo estaba destinado a ser perfecto, pero que había demonios que llevaban enfermedades y el caos a los humanos y al mundo, y que tenían que ser ahuyentados. Los papiros referían los síntomas, el di

Imagen de  RachelBostwick  en  Pixabay El gran faraón de Egipto  había sido asesinado.  A los pocos días, la reina vida, la bella Nicrotis, aceptaba el trono que sus súbditos le ofrecían.  Ocurría esto en el viejo Egipto, en Menfis, la capital del Imperio Antiguo. Los festejos para el día de la coronación prometían ser espléndidos; parecía como si la reina Nicrotis hubiese olvidado a su joven esposo; vilmente asesinado. Para celebrar en forma solemne su coronación había mandado construir un gran salón subterráneo, donde ofrecería a los grandes personajes del reino un suntuoso banquete, y se decía que más tarde se dejaría que el pueblo presenciase el espectáculo. Llegó el día señalado para el gran festín, y los invitados empezaron a llegar.  Antes de que estuvieran todos reunidos, comenzó la comida.  La bella Nicrotis aparecía mucho más hermosa que nunca, y una extraña mirada brillaba en sus ojos.  Todo se realizaba con la mayor magnificencia ante los absortos invitados.  De pronto se o

Imagen de  Kathleen Pirro  en  Pixabay La madre de Anubis era Nefris, que engañó a Osiris para que le diera un hijo porque no había tenido descendencia con el malvado Set, su marido, que era hermano de Osiris. Set odiaba a Osiris y habría sido capaz de herir a Anubis cuando nació. Nefris, para protegerlo, lo ocultó en las marismas del delta del Nilo, pero Isis, esposa de Osiris, encontró a Anubis y lo adoptó, deuda que éste pagó convirtiéndose en su protector cuando llegó a la madurez. Cuando Set mató a Osiris, Anubis embalsamó el cadáver y llevó a cabo los ritos fúnebres. Fue considerado un entierro original y se convirtió en la base de los enterramientos posteriores. Antes de que Osiris destacara como el gran dios de los muertos, Anubis era la deidad principal a la que se rezaba durante los funerales. Cuando Osiris lo superó en importancia, Anubis se convirtió en el guardián de los infiernos, guiando a los muertos hasta la sala del tribunal. Allí ayudaba al escriba divino

Dios supremo de Jmunu se representaba a Thot con una cabeza de Ibis o de babuino, aunque tardíamente, fue incluido su mito en la creación. El término "Jmunu" procede de ocho deidades primitivas con cabeza de rana y de serpiente. Se creía que dentro de Nun, las aguas primigenias, nadaban esas ocho deidades que personificaban la infinitud, la oscuridad y todo lo que está oculto. Para explicar cómo acabaron esas deidades en las aguas primigenias, en un momento en que no existía nada más, los egipcios introdujeron a Thot como deidad creadora. Empolló el huevo cósmico y con su palabra dio el ser a las cuatro parejas originales de dioses y diosas. Thot era casi siempre representado en un grupo fúnebre en las pinturas de las tumbas, como consignador de actos pretéritos, tanto buenos como malos. Aparece leyendo la balanza en la que el corazón del difunto se sopesaba con la pluma de la verdad y apuntando el resultado. En el "Libro de los muertos", escrito a lo largo

Los helenos representaban a la Esfinge como un ser alado con cabeza de mujer y cuerpo de león. hija de Tifón, el monstruo de muchas cabezas, y de la serpiente Equidna, la diosa Hera la envió a la tierra para castigar a la ciudad de Tebas, en Beocia. Según otra versión del mito, la Esfinge fue enviada por Apolo después de que el pueblo de Tebas se olvidara de cumplir los ritos sagrados al dios. La Esfinge moraba en un lugar solitario y se aprovechaba de los viajeros desafiándolos a que resolvieran un enigma. Les preguntaba: "¿Cuál es el animal que por la mañana tiene cuatro paras, a medio día dos y tres al atardecer?". Mientras nadie respondiera correctamente, persistiría la plaga que asolaba Tebas. Pero Edipo dio la respuesta correcta: "Te refieres al hombre, que primero es un niño que avanza a gatas, luego camina erguido y en su vejez se apoya en un báculo cual si fuera una tercera pata". En cuanto oyó que Edipo resolvía el enigma, la Esfinge se arr

Isis era hija del dios de la tierra Geb y de la diosa del cielo Nut, hermana y esposa del dios de los infiernos Osiris, hermana de Set, el de cabeza de burro, y  de su esposa Neftis, y  madre de Horus, dios del sol Cuando Osiris sucedió a Geb como rey de Egipto, Isis enseñó a los súbditos a moler harina, hilar, tejer y curar enfermedades.  También se le atribuye la introducción de la costumbre del matrimonio.  Cuando Osiris viajaba para civilizar al resto del mundo, Isis permanecía en Egipto como regente y gobernaba sabiamente el reino. Al regresar de sus viajes, Osiris murió a manos de Set, su envidioso hermano.  Isis lo lloró, se cortó los cabellos y se rasgó las vestiduras.  Partió en busca del cadáver de Osiris, que estaba oculto en un cofre.  Cuando lo encontró, mediante medios mágicos, devolvió la vida a Osiris el tiempo suficiente para que la preñara.  El hijo nacido de esa unión fue Horus, al que Isis crió en un refugio de las marismas del delta del

Imagen de  Quin Benson  en  Pixabay   LAS FORMAS DEL SOL El dios Ra adoptaba tres formas principales: Jepri, el escarabajo, que era el sol naciente; Atón el disco solar, que era el sol del mediodía; y Atum la puesta de sol, que se representaba como un anciano que se apoyaba cansado sobre un bastón. TRAGADO POR EL CIELO Cada noche, cuando el sol alcanzaba la cima más occidental del monte Manu, la diosa del cielo Nut, se lo tragaba. Cada mañana daba a luz al sol en el oeste. Esta ciclo diario de muerte y renacimiento llegó a simbolizar el ciclo de la vida del hombre, que esperaba renacer tras la muerte, como Ra en el oeste. LA SERPIENTE DEL CAOS Durante el día, Ra viajaba por el cielo en su barca solar. Por la noche, viajaba en una nave distinta acompañado por Seth, el dios del caos, y Mehen, un dios serpiente que se enrollaba alrededor de la nave. Cuando navegaban por los infiernos, Ra y sus compañeros fueron asaltados por unos demonios liderados por la ser

Imagen de  DEZALB  en  Pixabay   Rey y juez de los muertos del antiguo Egipto.  El culto a Osiris se popularizó tanto en el valle del Nilo que compitió en el de Ra, dios del sol y padre de los faraones. Se representa a Osiris como un hombre  barbudo, de color verde o negro, que lucía la corona del Alto Egipto y estaba vendado como una momia.  En las manos portaba un báculo y un mayal, símbolos de su poder sobre la muerte, de su naturaleza como dios que muere y renace y de su soberanía sobre la agricultura.  Sus insignias personales también incluían gavillas de cereales situadas una encima de  la otra. A tenor de que los antiguos egipcios estaban intensamente preocupados por la vida futura, Osiris fue  objeto de una profunda veneración.  Llamado rey de la eternidad y regente de la perpetuidad.  Su fama radica en la incalculable ayuda que prestó a los egipcios con los rituales del embalsamiento y la momi- ficación.  Se consideraba que la conservación del cue