JUAN EL TUERTO #leyenda #turquia #impertinencia
Murió el sacristán de la sinagoga de Chumla y en toda la ciudad no se encontró otro, para ponerlo en su lugar. Vino, por fin, uno de Rasgrad, joven y casado con una mujer muy bella. Encontró el matrimonio una casa vacía, en el barrio de los turcos, y allí fueron a vivir. El sacristán se iba todas las mañanas, hasta la puerta de la casa, y allí se quedaba para decirle adiós cuando volvía la esquina. La vieron una mañana dos sacerdotes turcos y quedaron prendados de su belleza. Quisieron decirle que estaban enamorados de ella, pero no sabían cómo, ya que no conocían la lengua hebrea y la mujer no entendía el turco. Encontraron a un chico llamado Abraham y le preguntaron si sabía hablar en turco. Contestó el muchacho que sí, y le dijeron que les escribiera en un papel cómo se decía en hebreo "te quiero". El muchacho lo escribió y los dos sacerdotes se lo aprendieron de memoria. Cuando al día siguiente pasaron por delante de la casa del sacristán de la sin