UNA CAMPANA LLENA DE ESPEJOS #Leyenda #Japon #tradición #arrepentimiento #donación #ambición
Hace muchos años que los sacerdotes de Mugenyama, en la provincia de Totomi, necesitaban una gran campana para su templo. Pidieron ayuda a los feligreses para recoger bronce, entregando ellos sus espejos para fundir, y así poder fabricarla. En aquél tiempo había una mujer que vivía en Mugenyama, la cual entregó su espejo para la fundición de la campana, pero después se acordó de que aquel espejo había sido de su madre y que era una cosa casi legendaria en su familia, y empezó a lamentarse de haberlo hecho. La pobrecilla iba todos los días al templo, y allí, entre un montón de espejos que continuamente aumentaba, siempre vislumbraba su espejo. Muchas veces trató de recogerlo inútilmente. La mujer era pobre y no podía entregar ninguna suma de dinero a los sacerdotes, para poder rescatar su espejo. Tanto se amargó la vida, que se volvió insoportable. Llegaba a pensar que el espíritu de su madre habitaba en el espejo, recordando el viejo dicho de su país: "el alma de una muje