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EL GALLO Y EL GATO #esopo #fabulas

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Un gato acometió a un gallo con intención de matarlo, pero no viendo motivo alguno para hacerle daño, empezó a recriminarlo de este modo: -Eres un gritador incómodo, que con tu aguda voz despiertas de noche a los que duermen.   -Ningún mal hago en eso,  -respondió el gallo- pues mi canto sirve de despertador a los que han de levantarse para el trabajo. -Eres un malvado -replicó el gato- pues tienes a la vez muchas mujeres, cuando los demás animales no tiene más que una. -¿Qué culpa tengo en esto?  ¿Acaso yo las busco?  ¿No ves que me las dan para multiplicar más a costa mía? -No me convencen tus razones -repuso el gato. Y echándose sobre él lo mató. Cuando el capricho ocupa el lugar de la justicia y la razón, todo debe temerse.

EL FANTASMA DE CELINA #leyendas #aragon #madre

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Las fiestas y saraos en la casa palacio eran continuas.  De todas las ciudades venía lo más granado de la aristocracia.  El portero, con galones, guante blanco y librea, abría la portezuela del landó recién llegado para dar la bienvenida a la baronesa de Espés o a la marquesa de Saint Lary, acompañada de su esposo, y ayudarles a descender del carruaje. De un cabriolé, tirado por caballos preciosamente enjaezados, descendía luego, luciendo el último modelo de París, la condesa de Urgel escoltada por su obeso conde que la doblaba en años. Todo sucedió en aquél trágico atardecer de otoño.  Celina cerró cuidadosamente el piano cuando las doncellas le anunciaron que los niños estaban vestidos para el paseo.  Sus dedos nerviosos y afilados, habían repetido una vez más su partitura preferida, de Ravel, desde luego, la "pavana para una infanta difunta".  Se acercó casi de puntillas a la coqueta del rincón de la sala.  Derramó unas gotas de esencia de narciso en sus manos que luego fr

EL HERRERO DE SANFELICES #leyendas #aragon #españa

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Es un valle angosto y sombrío, flaqueado de abruptas laderas escalonadas por articas y dembas, y erizadas las márgenes de pinos. En la falda de la montaña y como si trepasen afanosas por escalar la cumbre, se desparraman las casucas de Sanfelices, con sus tejados de losas, y sus corralizas cercadas de adobes.  El valle se cierra hacia el Norte por la ingente mole del Puerto de Santa Orosia, y abajo, en lo  profundo, aprisionado entre las calizas lastras, se despeña el río Basa con incesantes murmullos. A orillas del río yacen las ruinas de un viejo caserón.  Sólo quedan vestigios de los recios paredones, y entre los escombros, aún se conservan los restos de una fragua. Los vecinos de Sanfelices contemplan estas ruinas con cierto recelo y temor, pues en ellas vivió un herrero, montañés, tan sagaz y ladino, que según una leyenda del país, engañó nada menos que al diablo. En los últimos días del siglo XVII, el tío Apolinar o el siñó Pulinario, como llamaban al herrero, frisaba en los cinc

EL RÍO ENAMORADO #leyendas #grecia #acosar

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Érase una vez, en la Grecia de los tiempos antiguos, toda una dinastía de dioses bastante maleducados...  Algunos vivían en los cielos y otros en la Tierra, entre los humanos.  Pero unos y otros, en lugar de concentrarse en su trabajo, hacían bastantes tonterías.  Así, cuando estaban enamorados, algunos no se privaban de utilizar toda clase de trampas para lograr sus objetivos... Aretusa bien puede atestiguarlo. Igual que su madre, la diosa Artemisa, Aretusa era una ninfa de los bosques.  Amaba la vida en libertad del bosque, los animales salvajes, y huía de los hombres sobre todas las cosas.  un día, después de un buen rato persiguiendo a un conejo, la joven se detuvo, sin aliento, al borde de un arroyo.  Hacía buen tiempo, el agua formaba allí un estanque y producía un sonido delicioso.  Era el lugar ideal para darse un chapuzón.  Aretusa no lo dudó, dejó caer sus ropas y se deslizó en el agua fresca. Durante unos instantes, flotó tranquilamente de espaldas... pero, de repente, sinti

EL ÁGUILA Y EL CUERVO #esopo #fabulas #grecia

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Imagen de  Robert C  en  Pixabay Un águila echándose sobre un cordero lo arrebató en sus garras.  Viendo un cuervo esto, quiso hacer lo mismo, y echando a volar con mucha velocidad, se dejó caer sobre el cordero más gordo que vio en el rebaño, para llevárselo como el águila, pero enredó sus uñas en la lana, y no pudiendo levantar el cordero ni desenredarse, quedó allí preso, y corriendo a él el pastor, le cogió, y cortándole las alas, lo dio a los muchachos para jugar. En tal estado le preguntaron algunos qué ave era, y el cuervo les respondió: -En cuanto al pensamiento fui águila, pero ahora conozco bien que soy cuervo. Imagen de  Angela  en  Pixabay Ninguno debe hacer lo que no alcanzan sus fuerzas, pues el que se atreve a hacer lo contrario, a más del mal a que se expone, queda en una posición ridícula.

EL PRIMER ALMOGÁVAR #leyendas #aragon

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  Los moros habían invadido España y el Reino de los Visigodos estaba condenado a muerte.  Eso era claro.  Los "hijos del desierto" avanzaban hacia el norte, rebasando el Duero, cruzaban el Ebro y continuaban conquistando el territorio cristiano. Los hombres eran acuchillados, las mujeres y los niños que no exterminaban, los esclavizaban.  La invasión avanzaba.  Los nobles que no habían huido a Francia, habían pactado con el enemigo.  Solo los pequeños núcleos de cristianos que se escondían en los montes de Asturias y del Pirineo resistían.  Nadie sabia por cuanto tiempo. En un pueblecito de nuestras montañas vivía Fortuño de Vizcarra.  Un joven fuerte como un roble y ágil como un sarrio.  Cuando salía de caza, pieza que veía podía darse por vencida. En medio de su pobreza vivía feliz porque con su esposa Gisberta tenía un hijo precioso, Martinico, rubio como las espigas del campo y que ya empezaba a corretear por las callejas del pueblo, persiguiendo a los gatos y tirando de

EL LEÓN Y SU HIJO #esopo #fabulas

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Imagen de  Randy Rodriguez  en  Pixabay Viendo un león que lo perseguían mucho en el sitio que habitaba, se fue a vivir a otra parte.  Después de mucho tiempo de estar allí, un hijo pequeño que tenía le preguntó si eran naturales de aquel país.   -No, -le respondió el padre-, somos de otro lugar, y solo  vinimos a esta tierra por huir de los que nos perseguían. -¿Y quiénes eran los que nos perseguían? -preguntó el leoncillo. -Los hombres, -le respondió el padre-, que aunque no tan fuertes como nosotros, son muy temibles por su destreza. -Pues yo iré a encontrarlos, -dijo el leoncillo- y vengaré nuestras injurias. Imagen de  Angeles Gutiérrez Verdayes  en  Pixabay El león rogó a su hijo que de ninguna manera fuese, pues temía que cayera en algún lazo, pero él no hizo ningún caso de lo que le decía su padre y se fue a buscar a los hombres.  En el camino halló un caballo muy maltratado y miserable, que pacía en un prado, y le preguntó: -¿Quién te ha maltratado y te ha puesto de esta maner