EL TESORO DE LA BRUJA #leyenda #brujas #aragon
LA VIEJA Y SU TESORO Hilaba la vieja. bailaba la rueca con su mano temblona, y sus ojos escondidos en lo más profundo de sus cuencas, avizoraban inquietos como ave rapiñera que siente los pasos del cazador que la persigue. Hilaba la vieja sentada junto a la puerta, la puerta de su casuca, miserable, la última del pueblo, la primera del campo, aislada de todas, lazareto de la hechicería, aquelarre imaginario de las brujas de la comarca. Pasaban los vecinos por delante de la casuca, signábanse, runruneaban una oración, volvían la cabeza. Seguía la vieja hilando; en su silla baja, en su silla de esparto, guardaba su puerta, vomitaba por sus ojillos miradas de desprecio, y los copos de lino se deslizaban entre sus dedos amarillos como marfil añoso. El sol, que no temía sortilegios, visitaba a la vieja muchos días. ¡Bendito sol! ¡Y cómo reía dibujando la silueta de la vieja sobre el sucio enjabelgado del muro! Ya le alargaba la nariz, ya deformaba la rueca, ya recortaba todo el perfil