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Imagen de Kathleen Pirro en Pixabay

La madre de Anubis era Nefris, que engañó a Osiris para que le diera un hijo porque no había tenido descendencia con el malvado Set, su marido, que era hermano de Osiris. Set odiaba a Osiris y habría sido capaz de herir a Anubis cuando nació. Nefris, para protegerlo, lo ocultó en las marismas del delta del Nilo, pero Isis, esposa de Osiris, encontró a Anubis y lo adoptó, deuda que éste pagó convirtiéndose en su protector cuando llegó a la madurez.


Cuando Set mató a Osiris, Anubis embalsamó el cadáver y llevó a cabo los ritos fúnebres. Fue considerado un entierro original y se convirtió en la base de los enterramientos posteriores.
Antes de que Osiris destacara como el gran dios de los muertos, Anubis era la deidad principal a la que se rezaba durante los funerales. Cuando Osiris lo superó en importancia, Anubis se convirtió en el guardián de los infiernos, guiando a los muertos hasta la sala del tribunal. Allí ayudaba al escriba divino Thot, que utilizando una balanza para sopesar el corazón de los muertos con la pluma de la verdad, personificada en la diosa Maat, antes de presentar el alma del muerto a Osiris.