EL CASTILLO "MAL QUE TE QUE PESE" #leyenda #españa #avila #guerrero #amor #injusticia #prohibición

Imagen de Jac Lo en Pixabay 

Al sur de la pintoresca Sierra de Ávila en el terreno conocido como de los Baldíos, se alza una vieja torre medio derruida, que según la leyenda, tuvo el siguiente origen.

En los años  turbulentos de la Edad Media, cuando en Ávila los grandes señores su poder, uno de esos magnates tenía una hija, hermosa, que atraía a los jóvenes de la ciudad.  Entre ellos destacaba uno por su presencia , valor y valores morales.  De esta manera, la bella joven y el noble, se declararon su amor mutuamente, determinando verse en parajes secretos, ya en el jardín de la joven, o en alguna oculta callejuela de la ciudad, con la complaciente ayuda de alguna vieja dueña.

No está claro el motivo por el que el padre de la joven se enteró de sus salidas, pero tanto fuera porque el la viera salir, o porque forzó a alguien que estuviera enterado del asunto, el caso es que, al enterarse montó en cólera, amenazó  su hija con grandes castigos si seguía con su propósito.

Para alejar al galanteador, consiguió de las autoridades de aquella ciudad que fuera desterrado y se le prohibiese pisar tierra de Ávila.  También consiguió del rey que refrendase tan injusto mandato.  De esta manera, el mancebo hubo de salir de la ciudad; pero antes de partir se dirigió airado al padre de su amada, gritándole: "Aunque os pese, he de venir a Ávila".  

Tomando un buen número de servidores, los condujo a un paraje cercano al actual pueblo de Sotalbo; levantó allí un fuerte castillo, desde el cual podía contemplar a la ciudad abulense y a la casa de su amada, situada sobre las mismas murallas.

Ella también divisaba la torre en donde estaba desterrado el joven.  Cada tarde, cuando el sol enrojecía los campos y alumbraba una orgía de oro en las torres de Ávila, el guerrero contemplaba la casa.  Y así, en esta contemplación, el espíritu venció al cuerpo, y en un mismo día las almas de los amantes volaron libres de su prisión terrenal.

Desde entonces aquel castillo se llamó "Mal que te pese".