VENTAJAS DE LA CIENCIA #jeandelafontaine #fabulas #francia #sabiduria #riqueza #ignorancia
Entre dos convecinos surgió una disputa.
Era el uno pobre, pero inteligente; el otro rico, pero ignorante. Pretendía este triunfar de su contrario alegando que toda persona razonable debía prestarle acatamiento. ¡Qué tontería! ¿Merece reverencia acaso la riqueza desprovista de otros méritos?
-Amigo mío, -decía a menudo el Rico al Sabio- os juzgáis persona respetable; pero decidme: ¿tenéis buena mesa? ¿De que sirve a los doctos gastar los ojos leyendo sin cesar, si tienen que vivir siempre en tercer piso, si van vestidos de invierno en verano y de verano en invierno, y no tienen por lacayo más que su propia sombra? ¡Buen servicio prestará al procomún gente que no tiene nada que gastar! Hombres útiles no son más que los que hacen bien a todos con su lujo. Nuestros goces dan trabajo al mercader y al artesano, y a vosotros mismos, cuando dedicáis a los hombres de dinero míseros libros, que os son muy pagados.
Estas palabras impertinentes tuvieron la contestación que merecían. El Docto calló; tenía demasiado que decir pero, mejor que lo hubiera hecho una sátira le vengó una guerra, que entonces sobrevino.
Marte destruyó la ciudad que habitaban ambos vecinos y tuvieron que abandonarla uno y otro.
Quedó el Ignorante sin albergue, y en todas partes fue mal recibido.
El Sabio encontró abiertas todas las puertas.
Así terminó la contienda. Digan los necios lo que quieran, el saber vale mucho.
Comentarios
Publicar un comentario