EL ÚLTIMO VIAJE #leyendas #india #bharat #lucha #familia #debil
este se alcanza el reino eterno.
A pesar de la grandeza de los hermanos Pandava, no hubo más que uno capaz de aguantar las pruebas a que fueron sometidos en el camino antes de llegar a la tierra de la felicidad. Yudhishthira era el único predestinado a llegar al cielo con su propia materia; es decir, con su propia persona. Los otros, incluso Arjuna, cayeron por el camino desvanecidos y murieron. Yudhishthira siguió solo, acompañado por un perro que no le quería abandonar y que se había decidido ser su escolta.
El perro representaba un amigo leal, que a pesar de las privaciones y de todas las vicisitudes en que se había encontrado, no le había abandonado nunca. Durante las últimas marchas, cuando nadie le quedaba de su familia, no se había separado de él. El dios se lo pidió como favor; se lo pidió de todas maneras, pero fue inútil; el monarca se aferró a su punto de vista y nada ni nadie le hacía abandonar su criterio.
Su idea de hombría se veía denigrada; no sólo pensaba el soberano que su pundonor estaba herido, sino que sentía que su vanidad de rey también era menos preciada. Jamás en su vida había echado ni desamparado a un pobre, ni tan siquiera al más miserable... ¿Cómo podría ahora, con el ejemplo de toda su vida pasada, por el mero hecho de serle ofrecidas comodidades futuras, abandonase al pobre animal en la intemperie, sin amo que le protegiese?
-Sabes muy bien -le dijo Indra- que solamente por la presencia de un perro el cielo sería maldito. Su sola mirada estropea todos los sacrificios. ¿Por qué uno que ha abandonado a su propia familia se obstina en compartir su suerte con un perro?
La prueba estaba finalizada. El perro se transformó en el dios de la bonanza y Yudhisthira subió al carro del dios Indra y ascendió a los cielos con su propio cuerpo. Era el único mortal que había podido alcanzar aquel beneficio tan inmenso.
-¡Vete! ¡Vete y di a los dioses que te envían que jamás los volveré a mirar a la cara! ¿Qué es lo que ocurre? ¿Los malignos, con ellos, y mis parientes aquí, en el infierno? ¡Aquí, pues, en el infierno, donde mi presencia les puede ayudar, es mi sitio; y aquí me quedo!
Yudhisthira se quedó en el infierno, meditando sobre el por qué todo lo que quería en el mundo estaría en el infierno. Poco rato había pasado, cuando la escena cambió por completo; todo lo que había sido repulsivo se volvió ameno, y Yudhishthira se encontró rodeado por los dioses, que le cumplimentaban por las palabras que había dirigido al mensajero y el sacrificio que él estaba dispuesto a llevar a cabo.
Entonces le explicaron que todos los monarcas que ingresan en el cielo en su propia forma tienen que ver primero el infierno, para darse cuenta de lo que es.
-Siéntate a la derecha de Indra; eres más grande que ninguno de nosotros, puesto que has ascendido hasta aquí con la carne que te cubría en el mundo.
Comentarios
Publicar un comentario