Translate

LA LEYENDA DEL ANETO #leyendas #aragon #aneto








Cuando se apagaron las últimas ascuas del Pirineo en la inmensa hoguera que la diosa Pirene había encendido, todo empezó de nuevo poco a poco a llenarse de alegría.  Primero las nieves lo cubrieron todo y luego, al deshilacharse durante la primavera en miles de riachuelos, fueron remansándose en los ibones, empapando los prados, y los bosques fueron creciendo de nuevo.

Las flores de nieve volvieron a tachonar nuestras tascas; los sarrios reanudaron sus ágiles saltos y carreras por las breñas; las águilas y quebrantahuesos volvieron a dominar los riscos y los cielos; y todos los animales del bosque animaron su vida.  El humano comenzó a levantar sus pueblos en los valles; y el Pirineo se convirtió en un precioso jardín.

Pronto también, los gigantes se prendaron de ese bosque, único en el mundo y quisieron adueñarse de él.

Los antiguos griegos nos hablaron de la lucha titánica de los gigantes con los dioses. También dijeron que los dioses no podrían con los gigantes si no se incorporaba a la lucha con ellos algún mortal, cosa que ya anunciaron los oráculos.

Vencieron los dioses a los gigantes, pero sólo aparentemente.  Algunos de ellos se escondieron de los dioses y las gentes.  Entre los terribles gigantones que se agazaparon entre las montañas el más perverso de todos era Netú.  Vivía oculto entre los recovecos más escondidos.  Era pastor y todo lo quería para sus ganados y cualquier persona que se cruzaba en su camino era inmediatamente presa de sus furores.

Netú era especialmente cruel.  Si alguien se acercaba demasiado, aparecía repentinamente, se lo tragaba y jamás se volvía a saber nada de él.  ¿Cuántos hombres desaparecidos?  A  veces devolvía alguno en la morrena de sus glaciares, momificado y resultaba que había desaparecido ochenta años antes.  Pero era pocas veces.  Los benasqueses sabían que el hombre que no volvía al día siguiente, no volvía ya.

Netú, altivo siempre, enfadado, parecía disfrutar haciendo daño a todos los que se ponían a su alcance.  Era, pues, el terror de toda la montaña.




Cuenta la leyenda que cierto día apareció en el valle un peregrino.

Nadie sabía de dónde venía ni a dónde se dirigía.  Había estado viviendo de limosna por los pueblos vecinos, trabajando en lo que le pedían a cambio de la comida.  Con muy poco tenía bastante y nunca se le oyó protestar si era pequeña la recompensa de su trabajo.

Al atardecer todos los días jugaba con los niños y les contaba preciosas historias.  Pronto se ganó el afecto de las buenas gentes que querían retenerlo para siempre entre ellos.  Pero él, cuando veía que la alegría y la concordia había llegado a un lugar, se marchaba a otro, como si toda su tarea fuera sembrar la paz.

Cuando sus amigos supieron que quería atravesar las montañas, quisieron quitarle de la cabeza esa idea para que no cruzara los dominios del terrible Netú.

Él los tranquilizó.  Nunca se había peleado con nadie y esta vez tampoco iba a dar motivo al cruel gigante.  Así que, una mañana cogió su bordón de peregrino y marchó hacia el norte con intención de cruzar el Pirineo.





Era un verano abrasador y mientras caminó por la orilla del río Ésera no tuvo problema para refrescarse.  El problema lo tuvo cuando abandonó el valle y empezó a ganar altura.

Las torrenteras acusaban el estiaje y no disponían más que de un hilillo de agua.  También la sobria alforja que le habían preparado en el pueblo se le fue vaciando y al tercer día ya no tenía nada para llevarse a la boca.  Pero él, continuó su camino.

Sudoroso y casi agotado vio a lo lejos un vallecito en el que parecía pastar un numeroso rebaño.  Pensó, con razón, que al menos allí habría agua para beber y además podría trabajar para los pastores a cambio de un corrusco de pan y un trozo de queso.  Allí se dirigió.

La marcha fue dura.  Las distancias engañan mucho en la montaña: parece que puedes tocar un monte con la mano y en realidad faltan horas  para llegar a él.

Completamente extenuado alcanzó el vallecico al atardecer.  Se había puesto el sol y le resultó más fácil andar, aunque todas las fuentecillas que iba encontrando estaban secas.





Por fin llegó hasta el rebaño.  Calculó que por la hora pronto aparecerían los pastores ya que ninguno se veía por allí.

De repente, se encontró frente a un gigantón, aparecido de no se sabe dónde.  Era sucio, astroso, con barba de muchos días y cara de pocos amigos.

Sin ningún temor el peregrino se acercó a él para pedirle agua.  Netú, poco dispuesto como siempre a hacer favores, desde su orgullo altivo se la negó:

 -No tengo agua para ti.  Solo para mis rebaños.  Y date por satisfecho con que te deje marchar vivo.  Ni siquiera sé por qué lo hago.

El peregrino, tranquilamente le respondió:

-Veo que tienes el corazón duro como la piedra.  Ojalá que todo tú te conviertas en piedra.






Y en ese momento el gigante quedó petrificado y convertido en lo que es hoy; en el pico de Aneto.

Las gentes de la montaña aseguran que el peregrino era Dios.





Comentarios

Entradas populares de este blog

LA INDIA EMBIJADA (PINTADA) #leyendas #colombia #traición #castigo

LA LEYENDA DE KNOCKFIERNA. #leyenda #irlanda #intriga #curiosidad

EL CERRO QUE LLORA PLATA #leyenda #peru #inca #fidelidad

LEYENDA DEL ALGARROBO #diablo #Leyenda #España #valencia

EL TESORO DEL CASTRO DE ALTAMIRA #discrección #leyenda #asturias

LA PENITENCIA DEL OBISPO ACUÑA #recinto #sagrado #procesion #Leyenda #España #Toledo

JUANITO MALASTRAMPAS #picaresca #leyenda #españa

HEIMDALL #leyenda #nordica #vikingos

FAETÓN #leyenda #grecia #padre #imprudencia

LA CASA DESHABITADA #Leyenda #España #misterio #pasión