LA BRUJA QUE SE CONVIRTIÓ EN PIEDRA #Leyenda #España #bruja #Gerona
Hace muchísimos años, en la ciudad de Gerona vivía una vieja, de quien los vecinos contaban extrañas historias y que era tan temida como odiada. Decían que era bruja, pues una noche había pasado junto a ellos un gran gato negro y que, habiéndole tirado una piedra uno de los convecinos, que hirió al animal en la cabeza, pudo verse al otro día a la vieja que estaba con una venda en la frente. Otros aseguraban que la habían visto volar por los aires, cantando la "canción de los días de la semana", y que iba al aquelarre a adorar al macho cabrío. Otros, en fin, la acusaban de aojadora.
Cierto que esa mujer era bruja. Tenía las malas artes de la hechicería desde muy joven, y había crecido siempre en un frenético odio a la religión y a la Iglesia. Cuentan que, cuando no era observada por nadie, cogía guijarros y los iba a tirar contra los muros de la Catedral. Después de cometer tan sacrílega acción, se marchaba riendo con su boca desdentada o cantando cualquier copla obscena.
Al día siguiente, los vecinos admirados, vieron cómo había surgido en el muro la deforme figura de piedra, y como advirtieron que sus rasgos recordaban los de la vieja bruja, comprendiendo que había sido un castigo del cielo a una mala mujer.
Respiraron libres del temor que les habían producido siempre sus mágicos e infernales poderes. Años y años la gárgola de la bruja ha vertido el agua de lluvia, y así persiste y persistirá.
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