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Imagen de Seno Aji en Pixabay

En el siglo IV a. de C., la obra taoísta atribuida a Zhuang Zhou o Maestro Zhuang (Zhuangzi), se inicia con un mito del mundo en constante transformación.

En el abismo del norte hay un pez. Se llama Kun. Es gigantesco, y nadie sabe cuántos miles de Ii (forma de medición mítica) puede llegar a medir.  Se transforma en un pájaro llamado Peng, con un lomo tan grande que nadie sabe cuántos miles de li de ancho tiene.

Peng alza el vuelo y sus alas son como las blancas nubes que flotan en el cielo. El pájaro gravita surcando el aire sobre las olas en dirección al Lago del Cielo.

Esta fantástica historia podría ser fruto de la imaginación de Zhuang, sin embargo tiene la apariencia de un mito cosmológico.

Desde el siglo II a. de C., el taoísmo fue una religión organizada con sacerdotes, normas disciplinarias y morales, rituales y prácticas de penitencia. No tardó en crear un panteón de dioses y diosas. Lo preside una trinidad compuesta por el Venerable Celeste, del Origen Primero, el Emperador de Jade y el Señor Lao del Cielo, que era Laozi, el supuesto autor del "Libro del Camino y la Virtud", deificado. Estos personajes, y una abrumadora variedad de seres espirituales, se describen en un vasto escrito no estudiado hasta la época actual.

La tradición taoísta, pone un especial énfasis en la mujer, que se remonta a Laozi, quien, en el Libro del Camino y la virtud, describe la fuente de todo como "la puerta del misterio femenino", reflejándose en la evolución del culto con una mitología ampliada, la de la Reina Madre del Oeste, que vive en una altísima montaña del lejano oeste y posee el secreto de la inmortalidad.

El palacio de la Reina Madre del Oeste tiene nueve plantas y se cree que está construido de jade. En torno al palacio hay espléndidos jardines donde se cree que crece el Melocotonero de la Inmortalidad. Según dicen, allí habitan los inmortales y gozan de una serie infinita de diversiones y banquetes.

El taoísmo también generó la mitología e iconografía de los Ocho inmortales que se ha convertido en parte integral de la religión popular china. Los taoístas creían que, los seres humanos se pueden convertir en inmortales (xian) mediante prácticas especiales, y muchos de ellos eran venerados. Alrededor del siglo XIII a. de C., ocho de estos humanos inmortales fueron individualizados, sus imágenes, sus símbolos, se encuentran en templos y sus historias se cuentan en libros, operas y más recientemente en cine. 

Son los siguientes:

Lu Tongbin: estudioso con un matamoscas y una espada. Uno de los inmortales más famosos, protagonista de mitos como el que mata al Dragón Amarillo, se convierte en una cortesana, Peonia Blanca, y el sueño del Mijo Amarillo, un sueño que prevé una exitosa vida, que acaba con su asesinato.

Zhong Liquan: longevo que había descubierto el Elixir de la Vida. Lleva un abanico con la capacidad de revivir a los muertos y, a veces, un melocotón del Árbol de la Inmortalidad.

Cao Guojiu: Se representa con vestido de corte. Fue el hermano de una emperatriz. Como patrón de los actores, lleva un par de castañuelas. Asesino en extremo temperamental.

Li Tieguai: Mendigo con una muleta y un cuenco para la limosna. El primer inmortal sacado de la pobreza por la Reina Madre del Oeste. También se le conoce como "Muleta de Acero".

Zhang Guolao: Monta a lomos de una mula blanca y lleva un instrumento musical cilíndrico hecho de bambú. Nació viejo, su familia lo persiguió toda la vida y tras correr infinidad de aventuras, fue premiado con la inmortalidad por el Emperador de Jade. Zhang Guolao pliega su mula como el papel y se la mete en el bolsillo y la saca cuando necesita salir volando para realizar una obra de misericordia.

Han Xianzi: Patrón de los músicos lleva flores de melocotón y una flauta de jade. Recibió el don de la inmortalidad después de caer de su melocotonero favorito.

Lan Caihe: Mendigo y cantor callejero de dudoso sexo. Lleva una cesta de flores. Le muestran cantando en contra de los placeres de la vida.

He Xiangu: Mujer inmortal que lleva una flor de loto o un cucharón en la mano. Tras muchos años la liberaron de la servidumbre en la cocina de su malvada madrastra. He Xiangu consiguió la vida eterna comiendo del antiguo Árbol de la inmortalidad.

EL PANTEÓN CHINO

El panteón chino se dispone a imagen de la organización terrenal, apareciendo como una vasta administración gubernamental complementada con ministros y personal de apoyo.

Llevan registros, escriben informes para sus superiores y todos los años dan cuenta de su administración al dios soberano, Al Augusto Personaje de Jade, Yu Ti.

Hay una jerarquía definida de rangos y zonas limitadas de poder. Los dioses son ascendidos, degradados de rango o despedidos, según su actuación.

Los dioses son juzgados por el Augusto Personaje de Jade, dando explicación al gran número de divinidades cambiantes que pueblan la mitología china.

También hay muchas versiones de la jerarquía y diferencias sobre quién es el Dios o Emperador Supremo.