MUJERES DEL SOL #mujer #elegida #LEYENDA #MITOLOGÍA #INCA #historia

Imagen de Casper Ghost en Pixabay

Los principales centros incas, como Cuzco, el lago Titicaca, Pachacámac y Machu Picchu, eran templos dedicados al dios del sol, Inti. Estos centros contenían una sección enclaustrada, conocida como acllahuasi (mujeres elegidas).

Las "mujeres elegidas" o "acllas", eran jóvenes seleccionadas por un comité especial que recorría todo el imperio en busca de la muchacha más bella e inmaculada de ocho años de edad, preferiblemente de linaje inca puro. Si la chica se convertía en aclla, se consideraba un gran honor para toda su familia y para su pueblo.

Las acllas tenían asignados varios deberes, pero su función principal era estar al servicio del dios del sol. La clase superior de acllas, conocida como mamaconas, tenía que ser de la línea de sangre más pura y se las veneraba como a santas. Las mamaconas guardaban celibato toda la vida y se las enseñaba a comunicarse directamente con los dioses. Eran responsables de cuidar el centro, encender fuegos sagrados y ayudar a los sacerdotes en sus rituales, incuidos los sacrificios y eran custodias de la historia inca.

Las jóvenes acllas aprendían a tejer, a elaborar la chicha ceremonial (cerveza de maíz) y el canca (budin de maíz), y a cuidar de las monias.

Cuando una chica cumplía los catorce años de edad, el comité decidía si regresaba a casa o si accedía a la siguiente etapa. A algunas jóvenes se las preparaba para cuidar de los ídolos principales y secundarios y varias se convertían en sirvientas de la nobleza y los sacerdotes. A otras les marcaban las orejas a modo de sacrificio y ofrenda a algún dios, lo que se consideraba un gran privilegio.

Las chicas de clase inferior, las pampa aclla conas, se convertían en concubinas de la nobleza y de los militares de alto rango o se las entregaba en matrimonio con fines políticos.