EL OSO Y EL FLORICULTOR #fabula #amistad #torpe #jeandelafontaine #francia #soledad

Imagen de Ria Sopala en Pixabay Un oso selvático, relegado por su pícara suerte a un bosque desierto, vivía, nuevo Belerofonte, a solas y escondido. Se volvió loco, porque no hay cosa que más trastorne la mollera que el aislamiento. Hablar es bueno; callar, aún es mejor; pero una y otra cosa, llevadas al exceso, son igualmente dañinas. No aparecía bicho viviente en los lugares habitados por el Oso, y al fin, Oso como era, se aburrió, sin embargo, de aquella triste vida. Mientras se entregaba al tedio, se fastidiaba también soberanamente un Viejo que vivía en las cercanías. Gustaba de los jardines: era sacerdote de Flora, y a la vez de Pomona. Buenas aficiones son; mas, para completarlas, hace falta algún amigo: los jardines no dicen nada, a no ser en mis Fábulas. Cansado de vivir con mudos, nuestro hombre salió de casa una mañana, resuelto a buscar compañía. Con el mismo objeto había bajado el Oso de sus cerros; y en un recodo del c...