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Los habitantes de las laderas del monte Kenia creen que descienden de Gikuyu.
Gikuyu fue llamado por Mogai (el ser supremo), quien le concedió una gran extensión de tierra que incluía el río, los valles y la selva además de todos los animales y las plantas que vivían en ella.
Mogai también había creado la montaña, llamada Kere-Nyaga (monte Kenia), que se había convertido en su lugar de descanso cuando viajaba por el mundo. Mogai llevó a Gikuyu a la cima de dicha montaña, le mostró toda la tierra que le había dado y le señaló un lugar donde crecían higos silvestres en el centro. Fue allí donde Gikuyu estableció su hogar.
En otro momento, Mogai les hizo a Gikuyu y a su mujer, Mumbi, la promesa de que sus hijos errarían por la tierra y se multiplicarían. La pareja tuvo nueve hijas pero, ¿ cómo iban a multiplicarle en ausencia de maridos?
Mogai volvió a proveer y le dijo a Gikuyu que sacrificara un carnero gordo, lo que propiciaría la aparición de nueve hermosos jóvenes que después podría casar con sus nueve hijas.
Cuando Kikuyu llevó a los jóvenes a casa, se organizó una gran celebración. Las hijas los aceptaron como maridos con la condición de que éstos permitieran a las mujeres ser el cabeza de familia y de que vivieran todos juntos en el mismo poblado.
Todos los kikuyu creen que descienden de uno de los nueve clanes que derivan sus nombres de las hijas Wacheera, Wanjiko, Wairimo, Wamboi, Wangari, Wanjiro, Wangoi, Waithera y Warigia.
Durante varias generaciones, las mujeres fueron gobernantes severas y al final se rompió el trato inicia, cambió la situación y se concedió a los hombres el papel de cabeza de familia.
Todos los niños kikuyu conocen la historia del origen de su pueblo.
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