EL VIAJE MÁGICO DEL BRUJO #siberia #leyendas

En las heladas tierras de la península de Kamchatka vivía un pobre pescador en una cabaña que era una especie de pozo excavado en el suelo revestido de troncos de árbol.  El techo estaba cubierto por una capa espesa de hierbas.

Un día, mientras se preparaba para salir a pescar, se sintió mal y se desmayó.  Algo o alguien le transportó al océano y, mientras flotaba entre las olas, oyó una voz.

-El Señor del Mar te concederá el don de la magia y tu nombre de ahora en adelante será Huottaria, el Zambullidor -le dijo una voz.

Tras aquellas palabras, estalló una tormenta y el  Zambullidor se encontró ante una isla altísima.  Empezó a escalarla, pero tuvo que llegar a la cima para descubrir huellas de vida.  En la cima, sentada sobre una roca, había una mujer completamente desnuda: era la reina del Mar.  El Zambullidor permaneció unos instantes inmovilizado.

-Ven.  Sorbe de mi pecho.  Te dará fuerzas para realizar el viaje que te espera -habló la mujer.

El Zambullidor obedeció y, mientras bebía el pecho de la Reina llegó el Señor del Infierno que le dio dos guías para el viaje: un ratón y un armiño.

El Zambullidor y sus guías descendieron de la montaña y empezaron a nadar por el océano.  De este modo llegaron al país de las brujas, que comprendía nueve mares.  Los cruzaron todos  topándose con muchas dificultades.  Algunos maress eran tan salados que parecían de arena, otros eran calaientes y aún en otros tuvieron que defenderse de monstruos terribles.  En cada uno de ellos había aves e islas distintas.  Tuvieron que luchar contra los primeros y superar las segundas.

En la última de las islas, vieron un árbol gigantesco.  Aquí vivía el Señor de los Árboles, quien entregó una rama al Zambullidor.

-Con esta rama harás un tambor que te servirá para siempre.  Con su sonido podrás curar a los enfermos y hallar a los náufragos -le dijo.

El Zambullidor le dio las gracias y volvió a partir junto el ratón y el armiño.  Al cabo de muchas horas llegaron a un nuevo mar, esta vez sin límites.  Había tres grandes piedras que flotaban en él.  Una retenía la tierra de los campos para que el viento no la arrastrara, otra servía para hacer fuego y la tercera impedía que los continentes fueran a la deriva.  Pero cuando el Zambullidor y sus acompañantes intentaron acercarse, una fuerza irresistible lo arrastró hacia los abismos oceánicos.

Descendieron durante días y días y el Zambullidor perdió a sus compañeros.  El remolino que estaba a punto de agitarse,  Pero, por fin, pasando a través de una grieta que se abrió de repente en el fondo se halló en una enorme gruta donde pudo respirar.  Aquí había un hombre que estaba revolviendo un caldero con un palo largo.  En cuanto vio al Zambullidor se le acercó y le mató con el palo.  El Zambullidor sólo pudo pensar que había llegado su fin.

Entonces el hombre que era el Señor del Mar, cortó el cadáver en trozos pequeños y los echó al caldero.  Allí hirvieron durante tres años.  Mientras, el Señor modeló una cabeza de mago; puso tentáculos de pulpo gigantesco, ojos de ballena, espinas de erizo, alas de mantas, aletas de atún, y cola de tiburón.  Cuando estuvo a punto, cogió lo que quedaba del Zambullidor en el fondo del caldero y volvió a hacer un cuerpo humano y le puso la cabeza de mago.

-Vete.  Tu cabeza podrá comprender la lengua de los dioses, tus ojos verán más allá de los cuerpos, tus oídos comprenderán el lenguaje de las plantas y de los animales.  Así podrás ayudar a los hombres cuando te necesiten.  Ve -dijo el Señor del Mar.

El Zambullidor volvió a encontrarse en su cabaña y, a partir de ese día, se convirtió en un gran brujo para toda su gente.