POR QUÉ LAS GEORGIANAS SON TAN BELLAS #leyendas #rusia #eden
Hace mucho tiempo reinaba en la India un rey llamado Chedathe, personaje de orgullo y ambición sin límites. Su fama, en continuo crecimiento, se extendió más allá de su reino. Pero esto no satisfacía aún su ardiente deseo de ser superior a todo y a todos.
Un día se dijo: "Deseo que el mundo entero admire mi poderío y que me considere como un dios. Pero para esto necesito tener un Edén, un paraíso terrestre de una magnificencia superior a todo lo imaginable. Esto me ha de costar grandes riquezas, ¡pero no en vano mis arcas rebosan de oro, joyas y piedras preciosas!".
Una vez que hubo tomado esta decisión Chedathe ordenó a sus servidores la ejecución de su deseo sin tardanza. Al momento se buscó a los mejores jardineros. Éstos eligieron el terreno más propósito, y contando con grandes sumas de oro, desplegaron todas las habilidades de su arte. Pronto el jardín estuvo terminado. Era de una belleza extraordinaria. Los grandes árboles sombreaban las avenidas; había arrayanes y mirtos, y el boj formaba caprichosas figuras. Las flores de todos los países estaban dispuestas en cuadros armoniosos, exuberantes de color y de aroma. Entre los árboles, pájaros cantores dejaban oír sus trinos, que causaban el éxtasis de cuantos los oían.
Todos los soberanos del mundo vinieron a visitar el jardín de Chedathe. Y todos expresaban su admiración y felicitación al poderoso rey por la belleza del jardín. No obstante, algunos le hicieron esta observación:
-Poderoso señor, vuestro paraíso supera a toda belleza. Solamente permitidnos que os preguntemos en dónde están las huríes, las hermosas doncellas. ¿No es cierto que sin ellas no puede existir paraíso alguno? Y si las tuviese vuestro Edén, podría ser como el de un dios.
Chedathe comprendió que tenían razón; llamó a sus servidores y les dijo:
-Id inmediatamente y recorred todos los países y traedme a todas las bellas doncellas que encontréis. Elegid aquellas cuya hermosura sea como de ángeles, para adornar mi paraíso.
Los servidores del rey partieron y se pusieron a buscar las mujeres más lindas del mundo. Cuando las hubieron reunido, se volvieron a su país con las hermosas muchachas.
Pero Dios, irritado ante la soberbia de Chedathe, que deseaba rivalizar con Él, quiso castigarlo. Y para mostrarle su vanidad y su miseria, le torturó con una muerte terrible.
Un día, por las ventanas de palacio penetraron bandadas de moscas venenosas, que se lanzaron contra Chedathe, picándole en todo el cuerpo.
El rey se sintió atacado de agudos dolores. Su cuerpo se fue hinchando, y murió.
La noticia de la terrible muerte del rey llegó a los servidores que conducían a las doncellas cuando pasaron por Georgia. Una vez muerto Chedathe, no tenía objeto que llegasen hasta su reino. Y como la naturaleza maravillosa de aquel país les encantaba, decidieron quedarse allí.
Y de esas mujeres descienden las georgianas, que por eso son las más hermosas del mundo.
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