Translate

LA ISLA INALCANZABLE #leyendas #china #inmortalidad






Varios siglos antes de Cristo, vivía en China un gran emperador: Che Huang-ti.  En cuanto asumió el poder, construyó un suntuoso palacio en el que vivían todas sus mujeres, cada una de ellas en sus propios aposentos.  En el palacio se hallaban las campanas y tambores de los ejércitos derrotados; tenía un paso elevado que pasaba por encima de la Vía Láctea y permitía que el emperador fuera de una constelación a otra.

Sus trescientos sesenta y cinco palacios, uno para cada día del año, estaban unidos por túneles secretos.  Che Juang-ti podía desplazarse entre ellos sin ser visto.  Nadie debía saber jamás dónde se encontraba.  De esta forma, los dioses inmortales podrían entrar en contacto con él en cualquier momento sin ser perturbados por presencias extrañas. Che Juang-ti estaba muy orgulloso de sus relaciones personales con los dioses.  Quería convertirse en uno de ellos, quería ser inmortal.




Un día, decidió convocar a todos los magos de China para que le aconsejaran en su búsqueda de la inmortalidad.  Los magos llegaron de todos los rincones del país.  Algunos desde los lejanos desiertos del norte; otros, de las grandes montañas del sur; y aún otros, de las grutas excavadas bajo los ríos más impetuosos.  Vinieron a caballo, con carros tirados por bueyes de largos cuernos, montados a lomos de elefantes o sobre la joroba de los camellos.

En la Puerta del Norte, las antorchas de las caravanas iluminaban todos los palacios imperiales.  Se oía el tintineo de las campanillas de los carros y el paso de los animales.  La Puerta de Oro, aún no estaba abierta y, en la estancia imperial, la clepsidra de jade marcaba el paso del tiempo con su lento goteo.  Cuando llegó la hora, el emperador subió al paso aéreo que lo comunicaba con el cielo y miró a su alrdedor.  Vio el aspecto de la naturaleza, su orden preciso y los misterios de miles de miles de siglos pasados aparecieron simultáneamente ante sus ojos.  Pero una nube que sin duda era un dragón le impedía, como siempre, descubrir el último secreto de la naturaleza: la inmortalidad.

Entonces dio orden de que se abriera la gran Puerta de Oro y de que los magos acudieran a su presencia.  Los escuchó durante muchos días y, a menudo, creyó que la verdad estaba a punto de serle revelada.  Hubo quien le dijo que sería inmortal cuando consiguiera entrar en el agua sin mojarse.  Otro le dijo que cuando cruzara las llamas sin quemarse.  Y aún otro afirmó que la vida no abandonaría nunca su cuerpo si era capaz de hacerlo subir más allá de las nubes y de los vapores.  




Pero un viejo mago que vivía a orillas del mar le habló de la existencia de una isla donde vivían los inmortales y añadió que eran los únicos que conocían la auténtica receta de la vida eterna.  Eso sí: sólo los jóvenes podían acceder a esa isla encantada.  Tras escuchar estas palabras, el gran emperador despidió a los magos y se retiro a sus aposentos a pensar.

Decidió navegar hacia la isla de la Inmortalidad.  Buscó por todo su reino a los mozos más hermosos y más fuertes y los arrancó del cariño de sus madres, padres y familiares.  Construyó centenares de embarcaciones largas y estrechas y decidió el día de partida.

Cuando éste llegó, Che Huaang-ti subió a la torre más alta y contempló como se alejaba la flota del puerto.  Vio la inmensidad del mar y las barcas intentando buscar el viento más propicio.  Las olas eran blancas y la corriente verde.  Vio a todo su pueblo rezando en la playa para que la empresa triunfara y se sintió satisfecho.  No sólo estaba mirando zarpar la gran expedición hacia la isla de la Inmortalidad, sino que sus ojos veían más allá cosas que provocaban en él emociones diversas, dignas ya de un dios.




Mientras tanto, en las barcas los chicos ni siquiera tuvieron tiempo de llorar por la patria que dejaban atrás, pues la furia del océano exigía toda su atención y su fuerza.  Tuvieron que evitar bancos de arena medio sumergidos, peñascos rocosos que se extendían hacia el este y corrientes que parecían querer desviarles siempre de la ruta establecida.  Durante días y semanas, vagaron por lo desconocido, tropezando con terribles tormentas, seguidas por largas jornadas sin nada de viento, y con animales nunca vistos.  Las ballenas azules hicieron volvca algunas embarcaciones y sembraron la muerte.

Un pulpo gigante de enormes tentáculos arrastró otras embarcaciones hacia su morada submarina.  Los tiburones gigantes, al golpear con sus espinas dorsales las frágiles barcas, perforaron los cascos y convirtieron a muchos de los jóvenes en su alimento.  Pero las órdenes del emperador no podían ser trasgredidas: había que seguir adelante.




Cuando por fin vieron una isla, los exploradores enviados a tierra volvieron diciendo que estaba completamente deshabitada, que sólo había un montón de serpientes sibilinas.  Emprendieron el viaje durante días y días con todo tipo de infortunios.  Empezó a escasear el agua y ya se había  acabado el poco arroz que habían embarcado.  Murieron los más débiles y sus cadáveres sirvieron para mantener alejados a los tiburones.

Un día, se encontraron ante un pez enorme, el Kiao, que ocupaba toda la extensión oceánica.  Las proas de las embarcaciones no consiguieron superar el obstáculo.  Los jóvenes imploraron al pez sagrado que les dejara pasar, pero el animal no se movió, sino que, en cambio, empezó a hablar.




-Más allá de mi cuerpo se halla la isla de la Inmortalidad a la que nadie podrá llegar jamás sin una orden de los dioses -dijo bajo el agua.

Los jóvenes le hablaron de su omnipotente emperador, pero el pez se mostró inflexible y la expedición tuvo que regresar

Días y días después, cuando regresaron al puerto y explicaron su fracaso, éste se enfureció como jamás lo había hecho.  Interrogó a los oráculos, que le respondieron que había que matar al pez a golpes de flecha, pero que nadie tenía semejante poder.  ¿Nadie?  ¿Existía la palabra imposible para Che Huang-ti?  El emperador pensó toda la noche y, al alba, tomó una decisión: él mismo intentaría aquella difícil empresa.

Así pues, se vistió con sus ropas de combate y se dispuso a partir hacia la montaña más alta del reino.  Desde allí, de eso estaba seguro, podría ver al gran pez y matarlo con una flecha.




Cuando Che Huan-ti partió, la Luna parecía más pequeña y la arena de la costa más brillante.  A lo lejos, las olas del mar rugían y el acantilado subía verticalmente centenares de metros.  El emperador escaló una roca tras otra agarrándose en las hierbas silvestres que crecían por doquier.  De vez en cuando, para recuperar el aliento, se sentaba en piedras con forma de dragón.  Al ascender, buscaba con la mirada los nidos de los buitres que seguían durmiendo, mientras que abajo, a mucha distancia, el mar parecía una llanura negra en movimiento.  Cuando por fin llegó a la elevada cima, Che Huang-ti lanzó un grito de alegría.  Los árboles del bosque temblaron y todos los rincones de la montaña dispersaron su eco.  De repente, un fuerte viento empezó a soplar y a lo lejos apareció el Sol en el océano.

El inmenso pez que defendía la isla de la Inmortalidad brillaba entre las olas bajo los primeros rayos de luz.  Se hizo un gran silencio.  El viento también cesó.  Che Huang-ti eligió con atención la flecha más fuerte, la colocó, tensó el arco hasta prácticamente romperlo y soltó aquella saeta de la muerte que surcó el aire hacia las aguas lejanas.  Silbó en el cielo, despertó a los buitres, a los pandas, a los camellos y a los pájaros de colores.  Los súbditos la oyeron volvar y todos los animales del mar la oyeron llegar.  La flecha no erró el objetivo y el gran pez murió.

Sin embargo, en ese mismo instante el emperador perdió la vida.  Fue el castigo de los dioses contra aquel que había intentado apoderarse del secreto de la inmortalidad que, desde siempre, se había conservado más allá de los mares.










Comentarios

Entradas populares de este blog

LA INDIA EMBIJADA (PINTADA) #leyendas #colombia #traición #castigo

LA LEYENDA DE KNOCKFIERNA. #leyenda #irlanda #intriga #curiosidad

EL CERRO QUE LLORA PLATA #leyenda #peru #inca #fidelidad

LEYENDA DEL ALGARROBO #diablo #Leyenda #España #valencia

EL TESORO DEL CASTRO DE ALTAMIRA #discrección #leyenda #asturias

LA PENITENCIA DEL OBISPO ACUÑA #recinto #sagrado #procesion #Leyenda #España #Toledo

JUANITO MALASTRAMPAS #picaresca #leyenda #españa

HEIMDALL #leyenda #nordica #vikingos

FAETÓN #leyenda #grecia #padre #imprudencia

LA GAITA QUE HACÍA A TODOS BAILAR #leyenda #españa #magia #justicia