EL MATRIMONIO DE ZEUS #amor #celos #reconciliacion #leyendas #grecia
En la isla de Eubea vivía Hera, una hermosa joven. Un frío día de invierno, Zeus le pidió que fuera su esposa y reina del Olimpo. Celebraron la boda con una gran fiesta y los dioses acogieron con alegría a la nueva soberana. Se querían mucho pero el tenía mal genio y ella era muy celosa y esto creaba entre ellos terribles disputas, que desencadenaban tempestades de lluvias y vientos. Cuando se reconciliaban, se restablecía la calma en el cielo. Un día, Hera desesperada, decidió abandonar el Olimpo y desapareció. Zeus se entristeció mucho.
Buscando la manera de solucionar el conflicto; Zeus pensó en recurrir a Citerón, famoso por su astucia. Inmediatamente fue en su busca y le contó lo sucedido. Citerón, un hombre muy hábil, hizo construir una bellísima muñeca de madera del tamaño de una mujer; la vistió con espléndidas ropas y la colocó sobre un carro tirado por majestuosos bueyes blancos, de grandes cuernos.
Desde lejos, parecía un ser vivo. Citerón le dijo a Zeus:
-Espérame en mi palacio y déjame hacer.
Se marchó en el carro y comenzó a recorrer la tierra, anunciando por todas partes que su compañera era la nueva prometida de Zeus.
Una mañana, la vieja nodriza Macri se enteró de la noticia e inmediatamente se la comunicó a Hera ¡Imaginad el dolor y enojo de la diosa! Se lanzó corriendo a través del campo, hasta alcanzar el carro. En un arrebato de ira, se abalanzó sobre la muñeca, desgarró sus vestidos, le arrancó el velo que cubría su rostro... y se quedó muy sorprendida al darse cuenta de que su rival era ¡una simple muñeca de madera!
Comprendió que Zeus había recurrido a esa sencilla broma porque la quería de verdad y deseaba reconciliarse con ella. Desarmada, comenzó a reír y ocupó el lugar de la supuesta rival. Citerón la llevó entonces a los brazos de Zeus.
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