AMBA, LA VENGADORA #leyendas #india #bharat
Cuando su padre murió, colocó en el trono a su hermano Vichitravirya, y pensando que podría encontrar mujeres que fuesen dignas esposas de su hermano, llegó a sus oídos el torneo que el rey de Benarés había propuesto para que sus hijas se pudiesen casar con el guerrero más famoso del Imperio. Estas tres hijas del rey de Benarés se llamaban Amba, Ambika y Ambalika. Nadie podía decir cuál de las tres era la más hermosa.
Bhisma decidió presentarse en persona en ese torneo y traerse a las jóvenes y, disfrazado de noble, se dirigió a la corte de Benarés con el fin de conquistar el título de vencedor.
Bhisma decidió presentarse en persona en ese torneo y traerse a las jóvenes y, disfrazado de noble, se dirigió a la corte de Benarés con el fin de conquistar el título de vencedor.
Lo que nadie sabía es que Amba, la hermana mayor, se había prometido secretamente a Shaiwa, un rey menor, al cual estaba profundamente entregada. No dudó nunca Amba de que su héroe ganara el torneo y estaba muy tranquila, guardando su secreto.
El día del torneo llegó, y las tres hijas de Benarés, sentadas en sus carretas, cargadas de pedrería y joyas desconocidas, y cubiertas por palanquines de oro macizo, esperaban el principio de la contienda que les había de designar marido. En aquel momento llegó Bhisma, y con voz de trueno anunció al público, formado por reyes, príncipes y nobles, que el se quedaba con las tres princesas y que combatiría contra todos los concursantes del torneo a la vez, y que si eran capaces de ganarle, entregaría las hijas de Benarés al vencedor.
Pronto se convencieron de que no había nada que hacer contra el arquero solitario y le dieron la razón. Bhisma cargó con las cuatro hermanas en su carro de guerra, después de darse a conocer, y partió hacia la capital de su reino.
Amba, al darse cuenta de la desgracia que le había sucedido, pidió audiencia al poderoso Bhisma y le contó su tragedia. Éste, caritativo como siempre llamó a los brahmanes para que aconsejasen a la infeliz novia sobre lo que debía hacer, y le nombraron un séquito para que la acompañasen a la corte de aquel que había sido su novio. Entonces fue cuando ocurrió la terrible desgracia. La razón exacta no se sabe; pero cuando Amba se presentó a su novio, éste la despreció, quizá porque había perdido delante de Bhisma o quizá porque la bella Amba ya no le interesaba.
Amba, despechada y con el corazón partido por el dolor, se retiró a la vida contemplativa. Largas vigilias se impuso, hasta que los mismos brahmanes que la protegían le aconsejaron que se cuidase. Ya no le importaba la belleza y enflaqueció de tal manera, que estaba desconocida. Tampoco hizo caso de las embajadas que su padre le mandaba. Mientras tanto, en su corazón se levantó un odio profundo contra Bhisma, al cual culpaba, sin razón, de las penalidades que pasaba.
-Quiero -dijo- ser la causa de la muerte de Bhisma.
Shiva la miró durante un largo rato, desconsolado, y por fin le dijo con voz de trueno.
-Ya que así lo quieres, así será. En otra vida te reencarnarás en la forma de una mujer; pero en la misma vida te cambiarás en uno de los guerreros más famosos, y como yo, Shiva, estoy aquí presente, Bhisma morirá a tus manos. He dicho.
-Hago esto para la destrucción de Bhisma. ¡Para conseguir una forma nueva, destruyo mi cuerpo por medio del fuego!
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