GANESHA Y SULABHA #LEYENDA #INDIA #busqueda #paraiso
Ganesha ha sido uno de los dioses hindúes más importantes durante los últimos mil años, sobre todo, porque es el dios que crea y retira obstáculos. Muchos mitos nos muestran a devotos que lo adoran por haberlos librado de obstáculos, mientras que otros mitos demuestran que su adoración involuntaria también genera resultados positivos.
En la ciudad de Jamba vivía un guerrero llamado Sulabha que constantemente entonaba cánticos de oración al dios Ganesha. La esposa de Sulabha, Samudra, era virtuosa y bella.
Un día apareció un mendigo brahmin muy pobre llamado Madhusudana. Sulabba le hizo una reverencia, pero se burló de él, y éste le condenó a convertirse en un buey que tirase de un arado. Samudra condenó al brahmín a convertirse en asno. El mendigo la condenó a ella a convertirse en paria.
Las maldiciones se hicieron efectivas y, Sulabha, Samudra y el pobre mendigo brahmín se transformaron.
Mientras rondaba por la ciudad un día dedicado a Ganesha, Samudra vio un templo de este dios. De pronto estalló una violenta tormenta y la aterrorizada Samudra acudió a numerosas casa de la ciudad en busca de cobijo, pero la echaron de todas las moradas. Desesperada y cansada se encaminó hacia el templo.
Samudra encendió un fuego con algo de hierba durva para entrar en calor. El viento movió una brizna y guiada por el destino, la hierba se posó sobre la cabeza de Ganesha. Al mismo tiempo, el frio asustó al burro, que en entro al templo al igual que el buey liberado del arado. Los animales comieron la hierba de la mujer yluego se enfrentaron cerca de la imagen de Ganesha. De sus bocas cayeron sendas briznas de drva sobre el tronco y los pies de Ganesha, lo que complació sumamente al dios.
Para impedir ese desastre, Samudra golpeó al asno y al buey con su cayado, y luego adoraron a Ganesha.
Al observarlos a los tres, Ganesha opinó que ya lo habían adorado bastante y, decidió enviarlos a su propio cielo especial en su vehículo volador.
Los adoradores del templo fueron testigos de esta benevolencia, quedaron asombrados y creyeron que eso había ocurrido por el buen karma.
Algunos de los grandes yoguis se acercaron al séquito de Ganesha y preguntaron por qué el desenlace había sido feliz, pese a la depravación y evidente mal karma de los tres marginados. Los yoguis no entendían por qué a ellos no se les había premiado por su devoción a Ganesha.
Enfurecidos, declararon que abandonarían su adoración de inmediato para descubrir, también ellos, cómo alcanzar la morada de Ganesha.
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