EL ÁNIMA EN PENA #ANIMAS #ESPAÑA #promesa
Cuando la guerra, había allí una familia muy humilde que tenía siete hijos. Entonces, uno de ellos se tuvo que marchar a la guerra. La madre, pobrecilla, ofreció:
-¡Ay, si mi hijo viene con vida, prometo a las almas del purgatorio ponerles una arroba de aceite en lamparillas!
Pues resulta que, mientras la guerra, la madre muere. El hijo vuelve sano y salvo. Entonces, el padre le recuerda que han pasado muchos años:
-'Ay hijo, tenías que cumplir la promesa que hizo tu madre, no sea que la pobre esté penando!
-¡Anda, anda! Déjate de tonterías.
-Bueno, ¡si eso era una promesa de madre! ¡Qué vamos a cumplir! Eso no son tonterías.
Total que uno se fue a Barcelona, otro se fue a Valencia, otro… Desaparecieron todos del pueblo, y nadie se acordó. Pero sí, al que le hizo la promesa, llegó un momento, que estaba en Barcelona, pasó a su dormitorio, y vio la habitación llena de humo. Entonces se asustó y dijo a su mujer:
-Oye, mira, que la habitación…
Pasó ella y dice:
-Oye, que aquí no hay nada.
Y volvió él a pasar:
-Que yo no puedo pasar aquí, que yo me ahogo, que esto está lleno de humo.
Y se acordó de la promesa de su madre ¿sabes? Entonces salió corriendo y se fue al pueblo. Reúne a los hermanos:
-Mirar, que ha pasado esto.
-¡Ay, la promesa de madre, la promesa de madre! Vamos a cumplirla.
Cogen un cuadro de las ánimas, que lo tenían ellos, ponen el cuadro, ponen una palangana y dicen:
-Vamos a poner de vez en cuando, cada uno, dos litros de aceite. Sin apagarse la lamparilla. Vamos a meter dos litros cada uno.
Entonces, así lo hacen. Ponen la lamparilla, se van, al rato vuelven. Ha desaparecido el aceite.
-¡Pero bueno! Y la lamparilla ¿Cómo consume tanto aceite? Pues resulta que vuelven a llenar la palangana. Hasta que la arroba de aceite no se consumió, creo que fue en veinticuatro horas. Oye, me lo contó una hija, está casada con un primo mío. Dice que parece mentira, pero que el aceite volaba.
De S. Carlos del Valle recogido de funjdiaz.net/
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