MITOLOGÍA JUDAICA E ISLÁMICA #religión #leyenda #historia #cristiana #judaica #árabe #paraíso #creacion

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Poderosas influencias religiosas se filtraron en la península Arábiga desde Siria y Palestina, así como desde la Abisinia cristiana (Etiopia), al otro lado del mar Rojo.

A partir de esas fuentes, los relatos judaicos y cristianos se fundieron, con ancestrales narraciones islámicas.

EN EL PRINCIPIO

La Biblia hebrea contiene dos historias de la creación en los primeros capítulos del Génesis. La primera, en el primer capítulo, es un bello relato poético de la creación a partir de un mar de caos que duró seis días.

El primer día, Dios crea la luz y separa la luz de la oscuridad para crear el día y la noche. El segundo día Dios crea la sólida bóveda celeste para separar las aguas superiores de las inferiores. El tercer día, Dios separa la tierra firme de las las aguas infeiores y hace crecer toda clase de plantas y árboles. El cuarto día, Dios crea el sol, la luna y las estrellas, y le da el dominio del día al sol y el de la noche a la luna. El quinto día Dios crea las criaturas del mar y las aves del cielo. El sexto día equilibra con la creación de todas las criaturas que viven sobre la tierra, incluidos los humanos, que son creados Hombre y mujer a imagen de Dios

Recordando al Ahura Mazda de la mitología persa, Dios declaró que había dado vida a la humanidad para el bien, y la bendijo.

El séptimo día, Dios descansó e instituyó así la tradición del sabbar.

SEXO Y MUERTE

El segundo relato del Génesis trata sobre el origen del sexo y de la muerte. Comienza como una creación ya en tierra firme, donde Dios crea a un ser humano (adamah o "nacido del suelo") de la tierra. Dios planta un jardín en el Edén, donde lleva al hombre, y le dice que puede comer de cualquier árbol, con excepción del árbol de la ciencia del bien y del mal, pues comer su fruta conlleva la muerte.

Dios crea a todos los animales de la tierra como posibles compañeros para el ser humano. Cada uno de ellos es conducido ante el hombre para que éste, le dé un nombre, pero ninguno resulta adecuado como compañero para él. Al final, Dios hace que el hombre se quede dormido, toma uno de sus costados (no costilla), y con él da forma a la mujer.

Dios lleva a esa mujer junto al hombre, que se alegra, pues ya tiene una verdadera compañera. Le da a la mujer el nombre de Eva (Ser) siendo la madre de todos los hombres.

En la tradición judaica, Adán y Eva eran originariamente dos lados o dos caras, de un solo ser, que Dios dividió finalmente para formar a la mujer y al hombre.

Después, la historia describe cómo llegó la muerte al mundo. Primero la serpiente tienta a Eva para que pruebe la fruta del árbol de la ciencia del bien y del mal. Ella come, y convence a Adán para que también él lo haga. Se dan cuenta de su desnudez y se esconden de Dios, que comprende que han comido de la fruta prohibida. Dios maldice a la serpiente y condena a Adán y a Eva a una vida de trabajo y sufrimiento.

Los expulsa del jardín de Edén, de modo que ya no pueden seguir comiendo del árbol de la vida que allí crece. La fruta de ese árbol confiere inmortalidad a todo el que la come. A partir de entonces la muerte forma parte de la vida humana. El Edén queda bajo la estrecha vigilancia de un querubín.

En la tradición judaica, Sammael tomó posesión de la serpiente para engañar a Eva y conseguir la supremacía sobre la humanidad. Sammael compartió lecho con Eva y Caín fue hijo de esa unión. Tras el nacimiento de Caín y Abel, Adán y Eva se separaron durante 150 años antes de reencontrarse para concebir a Set, que nació a imagen de su padre, al contrario que sus hermanos mayores.

En la tradición árabe, Iblis tentó a Eva. Para conseguir entrar en el Paraíso, pidió al pavo real que lo ayudara a ocultarse, pero éste se negó. El pavo real explicó a la serpiente la promesa de Iblis de revelar al animal que lo ayudara a entrar las tres palabras sagradas de la inmortalidad. Al oír esto, la serpiente ocultó a Iblis en su boca y lo llevó hasta el Paraíso. Desde su escondite Iblis le habló a Eva, que creyó que le estaba hablando una serpiente supuestamente mágica