MUERTE DE YAMATO-TAKERU #Leyenda #Japón #sacrificio
Mientras Yamato-takeru cruzaba el mar, la divinidad de las travesías agitó las olas, y la embarcación empezó a zozobrar sin gobierno. su esposa, Oto-tati-banpime, se ofreció en sacrificio al dios marino a cambio de su vida, y se adentró en el mar sobre esteras de juncias, pieles y alfombras de sedas tendidas en las aguas. Mientras se sumergía en ellas, cantaba:
¡Oh, mi señor, mi pobre señor...que, cuando una vez te viste rodeado de llamas de fuego ardiente, pronunciaste mi nombre en la llanura de Sagamu rodeada de montañas ! Al cabo de siete días, las olas arrojaron a la orilla su precioso peine. Lo recogieron y excavaron con él una tumba para darle allí sepultura.
Yumako-takeru experimentó entonces el primero de los incidentes que condujeron a su caída. En su viaje de regreso a la capital, mientras comía al pie del paso de Asi-gara, la divinidad del desfiladero se le acercó en figura de un ciervo blanco y fue a colocarse a su lado. Yamaro-takeru arrojó al ciervo las sobras de su comida, que hirieron al animal en el ojo y causaron su muerte. Después trepó por la ladera del paso y, apenado, suspiró por tres veces: "¡Mi esposa, ay!".
Su derrota llega a manos de la divinidad del monte Ibuki, quien provoca una violenta granizada que aturde a Yamato-takeru. Recobra la conciencia tras descansar junto a una fuente, pero su extrema fatiga le obliga a caminar lentamente ayudándose con un bastón. Así avanza por la llanura de Tagi hasta la de Nobo, donde entona este cántico recordando su tierra natal:
"Desde el horizonte tras el que está mi amado hogar se alzan las nubes: junto al lugar donde duerme la doncella, dejé el sable, la espada... ¡Aquella espada, ay!".
Muere allí. Cuando sus familiares viajan hasta la llanura de Nobo para construirle una tumba, cantan: "Las enredaderas del Tokoto trepan entre los tallos de arroz, el amor que crece en los arrozales que bordean la tumba."
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