Translate

LA HISTORIA DEL SEGUNDO ANCIANO Y LOS DOS PERROS NEGROS (Las mil y una noches 3ª parte.) #leyendas #orientepróximo

 



Los primero que debéis saber, gran príncipe de los genios, es que somos tres hermanos; los dos perros que aquí veis y yo mismo.  Nuestro padre murió, dejándonos a cada uno mil cequís.  Contando ya con dinero, los tres nos decidimos por la misma profesión y nos hicimos mercaderes.  Al poco tiempo abrimos nuestras tiendas y mi hermano mayor, uno de estos dos perros, tomó la determinación de viajar a países lejanos para vender allí nuestros productos.  Con este fín, vendió todo lo que tenía y compró géneros que fuesen fácilmente vendibles en los países que pensaba visitar.  Mi hermano partió y estuvo ausente todo un año.

Transcurrido este tiempo, un buen día se presentó en mi tienda un mendigo:

-Buenos días -le dije.

-Buenos días -me contestó él-, ¿es posible que no me reconozcas?

Lo miré entonces con más detenimiento y comprobé que era mi hermano.  Lo invité a mi casa y le pregunté cómo le habían ido los negocios.

-¿Tú que crees? -me respondió-.  Con solo verme ya está todo dicho.  Contarte todas las desgracias que me han sobrevenido a lo largo de este año y que me han sumido en este estado sería revivir de nuevo acontecimientos que prefiero olvidar.




Cerré la tienda y procuré colmarlo de atenciones, llevándolo a los baños y regalándole mis túnicas más lujosas.  Examiné mis cuentas y descubrí que había doblado mi capital,; es decir, que ahora poseía dos mil cequís.  Le di, pues, la mitad a mi hermano y le dije:

-Con esto, hermano, podrás olvidarte de tus pérdidas.

Aceptó el dinero con alegría y empezamos a vivir juntos como antes.

Algún tiempo después, también se le metió en la cabeza a mi otro hermano liquidar su negocio y  viajar.  Tanto mi hermano mayor como yo hicimos todo lo posible para disuadirlo, pero fue inútil, y no conseguimos que desistiera de sus propósitos.  Así que se incorporó a una caravana y emprendió el viaje.  Transcurrido un año volvió en las mismas condiciones que mi hermano mayor.  Enseguida me hice cargo de él y le di mil cequís que tenía ahorrados para que pudiese reabrir su tienda.





Un día mis hermanos me propusieron realizar un viaje de negocios.  Al princípio me negué a viajar, alegando que ellos ya lo habían intentado nates con resultados desastrosos, pero insistieron tanto que, después de resistirme durante cinco años, no tuve más remedio que claudicar.  Enseguida se dedicaron a hacer los preparativos del viaje, pero en cuanto empezaron a comprar los géneros que íbamos a necesitar, se dieron cuenta de que se habían gastado hasta la última moneda de los mil cequís que yo les había dado a cada uno.  Sin hacerles ningún reproche, hice la siguiente repartición de seis mil cequís que yo tenía: a cada uno de ellos le di mil cequís, otros mil me los quedé para mí, y los tres mil restantes los enterré en un discreto rincón de mi casa.  Compramos las mercancías, las cargamos en un barco y nos hicimos a la mar con  viento favorable.




Después de dos meses de navegación, arribamos a un puerto en el que desembarcamos y en el que hicimos espléndidos negocios.  Compramos géneros típicos del país y ya nos disponíamos a zarpar de nuevo cuando en los mismos muelles se me acercó una bellísima mujer, aunque pobremente vestida.  Me besó la mano y me imploró que me casara con ella y que la llevara a bordo conmigo.  Al principio me negué pero luego me rogó con tal vehemencia y me hizo tan sinceras promesas de que sería una buena esposa para mí que acabé cediendo.  Le compré algunos bonitos vestidos y, después de casarme con ella, subimos al barco y dejamos el puerto con rumbo a nuestro siguiente destino.  Durante la travesía descubrí en mi esposa tantas y tan buenas cualidades que empecé a amrla cada vez más.  A todo esto, mis hermanos comenzaron a sentir celos de mi suerte y prosperidad hasta el punto de que pensaron atentar contra mi vida.  Así que, una noche mientras dormíamos, nos cogieron y nos arrojaron a mi esposa y a mí por la borda.  Por suerte, mi esposa resultó ser un hada, por lo que no solo no permitió que me ahogara, sino que me llevó sano y salvo a una isla.  Cuando ya el día empezaba a clarear, me dijo:




-Cuando te vi en los muelles me agradaste tanto que deseé poner a prueba tus buenos sentimientos; por eso me presenté ante tí vestida de esa forma.  De todos modos, estoy muy enfadada con tus hermanos y no descansaré hasta que no acabe con la vida de los dos.

Le agradecí lo que había hecho conmigo y le supliqué que no matase a mis hermanos.

Por lo visto, logré apaciguar su ira, porque en un instante me trasportó desde la isla en la que nos encontrábamos hasta el tejado de mi casa, para desaparecer unos segundos después.  Me bajé del tejado, entré en la vivienda y desenterré los tres mil cequís que tenía escondidos.  Me fui a la calle donde tenía mi comercio, lo abrí y me dispuso a recibir los parabienes de mis colegas por mi regreso.  Cuando llegué a casa, salieron a mi encuentro dos perros negros con caras compungidas.  Al verlos me quedé atónito, pero enseguida se me apareció el hada y me dijo:

-No te sorprendas al ver a estos perros porque son tus hermanos.  Los he condenado a tener esta apariencia durante diez años.




Y después de decirme dónde podía encontrarla en caso de que la necesitase, el hada se esfumó en el aire.

Pues bien, ya han transcurrido casi diez años de esos sucesos y por eso me he puesto en camino para buscarla.  Pero, al pasar, he visto a un mercader y a un anciano sentados a un lado del camino y me he unido a ellos.

Y esta es mi historia, oh príncipe de los genios.  ¿No creéis que es lo más maravilloso que habéis oído?

-Por supuesto que sí -admtitió el genio-, y por consiguiente, tu relato merece que rebaje en otro tercio el castigo del mercader.

El tercer anciano, viendo que había llegado su turno, le hizo al genio la misma petición que le habían hecho los otros dos.  Y el genio, fiel a su costumbre, le prometió otorgarle el último tercio del castigo del mercader a condición de que su historia superase a las de sus predecesores.




Así que que el tercer anciano, para no ser menos que los otros, relató también su historia, pero no puedo contárosla porque no la sé.  Sin embargo, lo que si sé es que esta tercera historia fue incluso mejor que las dos anteriores, por lo que el genio, sin poder disimular su admiración, le dijo al tercer anciano:

.La excelencia de tu relato me obliga a rebajar en otro tercio el castigo del mercader.  Creo que este debería agradeceros el haber intercedido por él.  Si no hubiese sido por vosotros, no formaría ya parte del mundo de los vivos.

Y, para mayor júbilo de todos los presentes, el genio, tras pronunciar estas palabras, desapareció.

El mercader se apresuró a agradecer a los tres ancianos lo que habían hecho por él, y todos los componentes del grupo se fueron cada uno por su lado.  El mercader volvió con su esposa y sus hijos y pasó felizmente con ellos el resto de sus días.




Pero, mi señor, debo deciros una cosa -añadió Sherezade-, por muy maravillosas que hayan sido las historias que os acabo de contar, no tienen ni punto de comparación con la historia siguiente.









Comentarios

Entradas populares de este blog

LA INDIA EMBIJADA (PINTADA) #leyendas #colombia #traición #castigo

LA LEYENDA DE KNOCKFIERNA. #leyenda #irlanda #intriga #curiosidad

LEYENDA DEL ALGARROBO #diablo #Leyenda #España #valencia

EL CERRO QUE LLORA PLATA #leyenda #peru #inca #fidelidad

EL TESORO DEL CASTRO DE ALTAMIRA #discrección #leyenda #asturias

LA PENITENCIA DEL OBISPO ACUÑA #recinto #sagrado #procesion #Leyenda #España #Toledo

LA GAITA QUE HACÍA A TODOS BAILAR #leyenda #españa #magia #justicia

LA MADALETA #maldita #leyenda #aragon #huesca #españa

JUANITO MALASTRAMPAS #picaresca #leyenda #españa

LA AVENTURA DEL GIGANTE DEL MONTE SAN MIGUEL #leyendas #inglaterra #reyarturo #aventura