LOS AMANTES ESTRELLA #leyenda #america #voracidad #pasión #conveniencia #puebloojibe

Había una vez dos jóvenes muchachas que ansiaban hacer el amor con las estrellas, pues creían que los astros eran muy buenos amantes y querían probar la experiencia.  Decidieron soñar con las estrellas y dejar que sus sueños las llevasen hasta ellas por la noche.  Así, las muchachas se engalanaron con sus mejores prendas y se lavaron el pelo para estar lo más guapas posible para las estrellas.  Se taparon con pesadas mantas de pieles y dejaron que las invadiera el sueño.

De pronto, abrieron los ojos y descubrieron que estaban entre las estrellas.  Se sorprendieron al comprobar que cada una de ellas tenía un nuevo marido estrella y entusiasmadas, no perdieron el tiempo charlando sino que insistieron en hacer el amor con sus maridos de inmediato.

Tras muchas horas de intensa actividad sexual, los hombres decidieron que tenían que escapar de la voracidad de aquellas mujeres, pues temían pasar el resto de sus vidas haciéndoles el amor.  Los maridos estrella encontraron una rendija en el cielo que conducía a la tierra.  Para llegar a aquel mundo inferior, soltaron una larga soga y se descolgaron por ella.  Sin embargo, mientras descendían por la cuerda, se enredaron en el nido de un águila.

Incapaces de liberarse de las espinosas paredes del nido del águila, los maridos estrella gritaron para pedir auxilio a los animales que pasaban por debajo de ellos.  Al ver que ninguno los ayudaba, los maridos trataron de convencer a los animales con promesas de largas y salvajes sesiones amatorias.  Sin embargo, el único interesado en su oferta fue el glotón.

Pensando que a cambio de una noche de pasión con el glotón lograrían su libertad, las estrellas se entregaron al animal, pero cuando éste hubo terminado, se negó a soltarles y decidió, en su lugar, devolverlas a las gruesas y espinosas paredes del nido.  “Así yaceré con vosotras cuando me venga en gana”, dijo con una sonrisa lasciva.

Los maridos estrella  se pusieron furiosos con el glotón y su treta.  Cuando éste se fue, llamaron de nuevo a los otros animales, implorándoles ayuda, pero sabían que era inútil.  Deberían haberse quedado con sus esposas, al menos así se habrían librado del nido del águila.

Poco después, una glotona paso por allí y escuchó las súplicas de los maridos estrellas.  Prometió liberar a los maridos del nido con una condición; que la ayudasen en su intento de hacer el amor apasionadamente con el glotón macho.

Esa noche, el glotón macho regresó al nido.  Era una noche más oscura que de costumbre, y el glotón no veía bien, pero llegó a la conclusión de que no necesitaba ver para hacer el amor con las estrellas. 

Después de una larga noche de actividad sexual, el glotón se despertó bajo el sol de la mañana pensando que había sido la mejor experiencia amatoria que había tenido en su vida, pero también descubrió que su amante era la glotona hembra.  Ambos glotones sintieron repulsión al verse, pues consideraban al otro inmensamente feo.

Sin embargo, los glotones también eran unos animales prácticos.  “¿Quién más nos va a querer? –dijo la glotona-.  Además, no creo que ninguno de los dos vaya a encontrar a otro capaz de hacer el amor tan bien como nosotros.”