ERINIAS #leyendas #grecia #perseguir #culpable
El nacimiento de las Erinias las distinguió del resto de los inmortales. Hasta sus nombres contienen un elemento implacable: Alecto (la interminable), Tisífone (la voz de la venganza) y Megera (la ira envidiosa). Las Erinias eran brujas, llevaban serpientes entrelazadas, esgrimían antorchas y látigos y se las consideraba perseguidoras implacables de los culpables.
Cuando Orestes asesinó a su madre, Clitemnestra, para vengar su participación en el asesinato de su padre, Agamenón, rey de Micenas, las Erinias le siguieron el rastro. Pese a la justicia del acto de Orestes y el apoyo que recibió de Apolo, dios de la profecía, las Erinias estaban decididas a castigar el matricidio. En el santuario de Apolo en Delfos reclamaron sangre por sangre y sólo los dioses las convencieron de que se abstuvieran, pues afirmaron que el caso debía remitirse al antiguo tribunal ateniense del Areópago.
Atenea, protectora de Atenas, se ocupó de que Orestes fuera absuelto, aunque con la condición de que, como castigo, cumpliese una difícil misión. Más tarde se conoció a las Erinias como Euménide (las aplacadas).
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