EL TESORO DEL CASTILLO DE APUANO #leyenda #italia #tesoro

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En la región Pontremolense se conservan todavía las ruinas del castillo Apuano, el cuál, según cuenta la leyenda, guarda fabulosos tesoros en sus cimientos.  Han pasado los siglos, y nadie ha podido, hasta ahora, sacarlos de allí, a pesar de haber sido muchas las intentonas llevadas a cabo a lo largo del tiempo.

El dueño de tan valiosos tesoros es el diablo y por ello recurre, con su poder sobrenatural, a toda clase de artimañas.

En cierta ocasión, unos cuantos audaces decidieron conseguir lo que hasta entonces había sido imposible, y llevando consigo un sacerdote, para conjurar el poder diabólico, se dirigieron al castillo, dejando en la entrada del camino  una pareja de guardias, para que impidieran el paso a todo el mundo.

Se internaron en los sótanos del edificio y rápidamente empezaron su tarea.  En el acto, el cielo se encapotó con grises nubarrones, y un fuerte temporal de lluvia empezó a caer sobre la montaña.  Al poco rato, una fuerte tormenta, de luminosos rayos, vino a aumentar el amenazador panorama.  La ambición pudo, dominar al miedo, y los audaces buscadores dieron, al fin, con dos baúles repletos de minerales preciosos.  Esto los animó, en cierto modo, a continuar la faena, aunque el temporal seguía embraveciéndose cada vez con más violencia.  

Una gran cantidad de gente, que huyendo de la tormenta trataba de llegar a su casa por el camino de Pontremoli, fue detenida por los guardias, que, fieles a la consigna recibida, impedían enérgicamente el paso.  Pero llegó un mulero, con el animal cargado de cestas, y aunque los guardias quisieron impedirle la marcha, les fue imposible.  

El mulatero alegó que necesitaba hacer llegar su cargamento al gobernador de Poontremoli, y ante razones de tanto peso, los guardianes cedieron al fin, dejándole pasar.

No bien se hubo alejado el mulatero, un rayo mucho más cargado que los anteriores cayó sobre el monte, muy cerca del castillo, conmoviendo toda la tierra con un estruendo y un temblor espantoso.  Los baúles desaparecieron y las personas que se encontraban cerca fueron trasladadas, por diabólico poder, a distintos montículos de aquellos alrededores, quedando distanciadas unas de otras y a merced del violento temporal.

La leyenda explica tan extraordinarios hechos diciendo que el mulatero y su mulo no eran sino los demonios disfrazados que vinieron a evitar que se llevaran su tesoro, escondido en el monte Saliceto, entre los cimientos del castillo Apuano.

Nadie, desde entonces, ha vuelto a intentar tan arriesgada empresa.  El castillo yace hoy en ruinas, abandonado.  Cerca de él se conservaba unas huellas que, según se cree, pertenecen a uno de los diablos que, bajo la forma de un mulo, llegó hasta allí, engañando a los guardias.