JUAN TONTO Y MARÍA LA LISTA #leyenda #españa #ignorancia #desesperación

Imagen de 👀 Mabel Amber, who will one day en Pixabay 

Juan Tonto y María la Lista estaban casados.  Él era el hombre más tonto del pueblo y su mujer era la más lista.  Vivían en el pueblo de Cuevas y todos los días tenía que ir el marido a Peñafiel a las tiendas.

Un día salió Juan para Peñafiel y le dijo a su mujer:

-Bueno mujer, dime qué quieres que te traiga.

-Quiero que me traigas un cochinillo -le respondió María.

Y se fue Juan a Peñafiel.  Compró el cochinito y se volvió con él a su pueblo.  Al salir de Peñafiel, le dio un azote en el culo y le dijo:

-Anda, vete donde la María.

Y se fue solo para su casa.  Al llegar a su casa, le dijo a su esposa:

.¿Ha venido el cochinito?

-¿Qué cochinito? -dijo ella.

-Pues hija, si he comprado un cochinito muy gordito, y le he dado un azote en el culo y le he dicho que se viniera donde la María.

-¡Tonto, más que tonto! -le dijo María- ¿Cómo iba a venir solo el cochinito?  ¡Tonto, más que tonto!  Tenías que haberle atado al rabo de la burra, tonto.

Otro día le envió la mujer a Peñafiel y le dijo que comprara una caldera.  Se fue Juan para el pueblo y llegó, la compró, la ató al rabo de la burra y se fue para su casa.  Al llegar a Cuevas, salió su esposa y vio que traía la caldera toda rota, atada al rabo de la burra y le dijo:

-Pero, tonto, ¿no ves que traes la caldera toda rota?

-Pues mujer, ¿no  me has dicho que tenía que haberla atado al rabo de la burra?

-El cochinito dije que tenías que haber atado al rabo de la burra, no la caldera, tonto.  Eres tonto, más que tonto.  La caldera tenías que haberla traído puesta en la cabeza.

Otro día salió para Peñafiel y le dijo su esposa que le comprara pez para arreglar la caldera.  Juan fue y compró pez, se lo puso en la cabeza y salió para su casa.  En el camino hacía mucho calor y se derritió todo el pez llegando lleno de chorreteras hasta la panza de la burra.  Cuando se fue a apear, estaba pegado a la burra.  María, al verle le dijo:

-Pero tonto ¿Qué has hecho?  Eres tonto, más que tonto.  Tenías que haberlo traído envuelto en un tapete mojado con agua y de cuando en cuando, mojarle con agua en las fuentes.

-Pues hija ¿no me has dicho que lo trajera puesto en la cabeza?

-La caldera, pero no el pez, tonto.

Otro día le dijo María que fuera al pueblo a comprar sal.  Le dio un talego para que echara la sal dentro.  Se subió Juan en la burra y se fue.  Compró la sal y la echó en el talego. lo envolvió en un tapete que se encontró en el camino y venía mojándolo en todas las fuentes del camino.  Cuando llegó a Cuevas la sal se había salida toda con el agua.  La mujer fue a sacar la sal, pero no había nada en el talego y le dijo a Juan:

-Pero hombre, ¿Qué has hecho ahora?  Si no hay nada de sal.

-Pues, hija, si yo la traía bien envuelta en ese tapete y en todas las fuentes la he venido mojando.-contestó el marido.

-Tonto, más que tonto.  Por eso no ha llegado nada.  Todo se ha salido con el agua, tonto.  No sé qué hacer contigo, tonto.  Eres tonto, más que tonto.

-¿No me has dicho que viniera mojando el tapete en las fuentes?

-El pez, que no la sal, tonto.  La sal tendrías que haberla traído en las alforjas.

Otro día envió María a Juan a comprar unos cacharros.  Fue Juan al pueblo y los compró,  se vino para su casa con los cacharros bien metiditos en las alforjas.  Cuando llegó, todos estaban rotos.  Y cuando la mujer los sacó y vio como estaban dijo:

-¡Ay, Dios mío! ¡Lo de siempre!  Con este tonto no se puede hacer nada.

-Pues hija -contestó el marido- ¿no me has dicho que echara los cacharros en las alforjas?

-La sal, que no los cacharros, tonto.

La mujer no quiso enviarle otra vez a las tiendas.  Le dejó la casa para que cuidara una pava que tenía echada con muchos huevos, y se fue ella de tiendas.  En cuanto María se fue, cogió Juan a la pava y la mató, la guisó y se la comió.  Luego fue él y se metió en el nido a sacar los huevos.  Llegó su esposa de Peñafiel y como él no bajaba, le gritó:

-Baja, hombre, a meter la burra.

-¡Estoy en clo! ¡Estoy en clo! -contestó Juan.

Bajó ella de la burra y subió a ver que hacía, hallándole echado encima de los huevos, la mitad rotos.  La mujer, desesperada, le dijo:

-¡Dios mío!  ¡Dios mío!  Todo lo haces mal, Juan Tonto.  Eres más que tonto.

Entonces otro día le envió la mujer por leña, y le dijo que subiría en la burra.  Fue Juan Tonto y se subió en la burra y hay se quedó en la cuadra, sin salir al monte.  Se estuvo todo el día.  Cuando vio la mujer que no volvía, fue a la cuadra y le vio subido en la burra y le dijo:

-Pero hombre ¿Qué estás haciendo hay?

-¿No me has dicho que me subiera a la burra?

-Te he dicho que te subieras en la burra para ir a por leña.  No te he dicho que te estuvieras todo el día en la cuadra, tonto.  Eres tonto, más que tonto.  Todo lo haces mal, Juan Tonto.

Otro día fue ella misma y le subió en la burra y le sacó de la cuadra y la puso en marcha para el monte.  Allí se apeó de la burra y empezó a cortar leña por todas partes.  Llegaron los guardias y le dijeron que no cortara por allí, que cortara solamente en un lugar.  Juan Tonto no les hacía caso y seguía cortando leña por todas partes.  Vinieron los guardias y mataron a Juan Tonto.

Cuando ya no volvió Juan a casa, la mujer fue a ver por qué no volvía y le halló muerto en el bosque.