INANNA #Leyenda #Mesopotamia #confrontación #castigo #venganza
De pronto, Inanna quiso visitar "la tierra del no retorno" (kur-nu-gi-a) un sitio seco y polvoriento situado debajo de Apsu, las aguas dulces subterráneas. Ese deseo se convirtió en una obsesión que nada podía atenuar. La única explicación era que Inanna quiso medir sus fuerzas con las de su hermana Ereshkigal, "la señora de la muerte", que habitaba en los infiernos.Inanna vistió sus mejores galas y dejo a su doncella Ninshubur la orden de que la rescatara si era retenida. A las puertas de la tierra del no retorno le dijeron que sólo podía pasar si se quitaba una prenda o adorno en cada uno de los siete portales que encontraría. Aceptó y por último se presentó desnuda ante Ereshkigal y los siete jueces de los muertos.
Sin amilanarse Inanna apartó a su hermana del trono y lo ocupó, pero no pudo defenderse de los severos jueces, que rechazaron su usurpación y la condenaron a muerte. La colgaron de un gancho del que, se puso verde por la putrefacción.
Después de tres días y tres noches, la doncella Ninshubur empezó a lamentarse por la ausencia de su señora. Su dolor fue tan profundo que los dioses se conmovieron. Hasta Enlil se apenó cuando Ninshubur le dijo que su hija era demasiado preciosa para que la trataran como a una mortal. Ninguno de los dioses pudo hacer nada porque los infiernos estaban al margen de sus dominios.
Desesperada, Ninshubur se trasladó a Eridú, hogar del dios del agua Enki, donde encontró la ayuda que necesitaba. Enki creó dos seres asexuados a los que no es estaría vedada la entrada en la tierra de la infertilidad y la muerte. Esos seres recibieron instrucciones sobre la forma de congraciarse astutamente con Ereshkigal y encontrar el modo de revivir a Inanna. Enki les proporcionó agua y la hierba de la vida para que llevasen a cabo ese acto.
Imagen de Tuna Ölger en Pixabay
En contra de su voluntad, Ereshkigal fue convencida de entregar a las criaturas el cadáver de su hermana. Los siete jueces de los muertos intervinieron por segunda vez, y sólo le permitieron abandonar los infiernos después de que Inanna se comprometiera a encontrar un sustituto que ocupara su sitio.
Inanna regresó a la tierra de los vivos acompañada por una espectral escolta de demonios. La primera persona con que se cruzaron fue Ninshubur. Inanna no le permitió que se convirtiese en su sustituta. Hizo lo mismo con todas las personas con las que se cruzó hasta que llegaron a su hogar, la ciudad de Uruk.
Inanna quedo azorada al ver a Dumuzi, su marido. No estaba afligido como correspondía a un esposo en duelo y parecía pasarlo bien. Ultrajada, Inanna nombró sustituto a Dumuzi.
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