LA MUERTE LLEGA AL MUNDO #Leyenda #Japón #Brujas #Muerte #divorcio
Izanagi se siente tan espantado al ver a Izanami, que da media vuelta y huye. Dolida por su deserción, Izanami envía tras él a las brujas de Yomi, pero Izanagi consigue evitarlas mediante artes mágicas. Llegado al límite entre la tierra de los vivos y la de los muertos, se vuelve y ataca a sus perseguidoras con tres melocotones que ha encontrado cerca, consiguiendo que lo dejen en paz. Entonces Izanagi habla así a los melocotones.
"Igual que me habéis salvado, cuando cualquier hombre mortal se vea en un trance doloroso y sufra angustiado, salvadlo a él también". Al final la propia Izanami salió en persecución de Izanagi, pero éste cerró con un enorme peñasco el paso entre el Yomi y la tierra de los vivos, y los dos esposos se encontraron frente a frente a cada lado del obstáculo. Izanami dijo:
-¡Oh, mi querido esposo! Si haces eso, cada día daré muerte a un millar de los que pueblan tu tierra.- Izanagi le contestó
-¡Oh, mi amada esposa! Si haces eso, construiré cada día un millar y medio de cabañas de parto.
De esta forma el matrimonio de Izanami e Izanagi da existencia al mundo natural y su separación o divorcio, es el origen de la mortalidad.
A su regreso a la tierra de los vivos, Izanagi se libra de los efectos de la contaminación de su descenso al reino de los muertos sometiéndose a una purificación.
Llegó en la llanura junto a la desembocadura del río, y se quitó las ropas y todo cuanto llevaba en su cuerpo. Cuando se desprendía de cada cosa y la dejaba caer en el suelo, cobraba existencia una divinidad. Cuando Izanagi entró en el agua para lavarse, fueron creados más dioses
El acto de purificación (misogi) de Izanagi muestra cómo es posible recobrar la fuerza vital a través de él. De la misma manera que el arroz crece sigue un ciclo en el que se agotan tanto la tierra como el labrador, y al igual que se revitalizan ambos por el agua y por el tiempo de descanso, así Izanagi recupera su fortaleza y vitalidad despojándose de sus ropas y sumergiéndose en las aguas.
Hoy en día también el agua forma parte de los símbolos del Japón actual, en su vida cotidiana.
Izanagi, al lavarse los ojos dio origen a tres dioses importantes del panteón japonés; a la diosa del sol (Amaseratu), el dios de la luna (Tukiyomi) y Susano el dios de la tormenta.
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