EL PESCADOR, EL JINNI Y EL PRÍNCIPE ENCANTADO #leyenda #canaan #injusticia #justicia
Un viejo pescador recoge con su red una antigua jarra de bronce que lleva el sello del rey Salomón. El pobre y hambriento pescador decide venderla en el bazar para ganar algo de dinero con el que compensar la escasez de pesca. Al descubrir que la jarra pesa bastante, rompe el sello y libera a un jinni que había sido encarcelado allí por rebelarse contra Salomón. Una vez libre, el jinni amenaza con matar al pescador, pero el astuto anciano logra volver a meterlo en la jarra y amenaza entonces con lanzarlo otra vez al mar. Al final, el jinni jura en el nombre de Dios que no hará daño al pescador si lo libera y le promete además decirle cómo convertirse un hombre próspero. El jinni lleva al pescador a un lago que contiene la pesca más extraordinaria que jamás se hubiera visto. todos los peces son de brillantes colores, rojos, blancos, azules y amarillos.
El jinni le dice al pescador que le venda su pesca al rey del lugar. Cuando la doncella del rey cocina los pescados, surgen unas apariciones de una joven y un esclavo que la llaman. Al ver aquellos extraños sucesos, el curioso rey decide descubrir en qué consiste el encantamiento de aquellos peces.
Sale hacia el lago y camina hasta que encuentra un palacio cuyo único ocupante es un príncipe melancólico que tiene la parte inferior del cuerpo de piedra. El príncipe le explica que descubrió que su mujer le era infiel y que, cegado por la cólera de sus celos, mutiló a su amante sin que su mujer lo supiera. Ella lo lloró durante tres años y construyó una tumba donde escondió a su amante enfermo y mudo. Al descubrir que había sido su marido el príncipe, el que había herido a su amado, lo hechizó y lo volvió la mitad de carne y hueso y la otra mitad de piedra. También transformó su ciudad en un lago y a las personas en peces. cada día torturaba al príncipe con cien latigazos.
Ultrajado ante esa injusticia, el rey mata al amante enfermo y luego engaña a la mujer para que libere al príncipe y a la ciudad de su hechizo. El rey mata a la mujer y acoge al príncipe como hijo y heredero suyo. El pescador recibe una generosa recompensa por haber sido el primero en alertar al rey.
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