EL MATÓN DE CREGENZAN #leyenda #españa #aragon
Bajaba uno, de la Montaña de la parte de Sobrarbe a comprar a Barbastro, y la cabañera que utilizó por serle la más cercana, fue la de San Benito, que se juntaba en Salinas de Hoz con la de Camporroyo, y pasaba por el pueblo de Cregenzan.
Aquí había, a la orilla de la cabañera, un grupo de personas recogiendo olivas, y entre ellas se encontraba el Matón de Cregenzan, que al ver bajar al montañés dijo:
-Ya veréis como voy a hacer bailar la jota a aquel montañés.
Cogió el mango de la jada, uno de los aperos que utilizaban para el trabajo, y se acercó a la cabañera, sugiriendo al montañés, mientras acariciaba aquel instrumento y con claros aires de superioridad, que bailase la jota.
El montañés muy tranquilo, y después de recorrer más de 50 km. andando, le respondió que puesto que la acostumbraba a bailar con las castañuelas, que se las dejase tocar, que las guardaba en el ceñidor. El Matón aceptó, pero en vez de descubrir las castañuelas, sacó un trabuco de esos pequeños cargado con cabezas de clavos de herrar, que aunque era un arma que alguna vez fallaba, al Matón le bastó para amedrentarse y dejarse caer el mango de jada de las manos al suelo. El montañés le obligó a que el Matón bailase la jota. Con todo lo grande que era no tuvo más remedio que bailar.
Cuando al montañés le pareció que el Matón de Cregenzan había aprendido la lección, siguió pacíficamente su marcha hacia Barbastro.
El Matón regresó al grupo con las orejas gachas. Los compañeros, testigos silenciosos de lo sucedido, ya le habían discurrido una copla que decía:
"El Matón de Cregenzan
quiso hacer bailar a un montañés,
al sacar las castañuelas
se tornó o baile al revés"
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