Os presento mi blog, en el que os muestro las leyendas que he recogido de los distintos lugares de España, del Mundo y sus culturas en general. Espero que os guste y que cada lectura sea para disfrutar de una aventura. Un saludo a tod@s.
Hijo de la titana Puto (riqueza) y de Zeus, Tántalo gobernó el rico reino de Lidia. Tántalo ofendió a los dioses. Algunos dicen que divulgó los secretos que Zeus le había confiado y otros creen que robó el alimento de los dioses. La leyenda más célebre narra su osadía al someter a prueba los conocimientos divinos sirviendo a los dioses un plato preparado con carne humana.
Durante un banquete para un grupo de dioses, Tántalo incluyó un plato preparado con el cadáver de su hijo Pélope. Con excepción de Démeter, que estaba ensimismada en su desaparecida hija Perséfone, todos los invitados divinos reconocieron el alimento. Hermes recuperó el alma de Pélope de los infiernos y los dioses le devolvieron la vida. Como en su distracción Démeter había comido parte del hombro, dio al príncipe un reemplazo de marfil.
Tántalo fue encarcelado en el Tártaro como castigo por haber ofendido a los dioses. Allí permaneció eternamente hambriento y sediento, hundido hasta el cuello en el agua y con fruta colgada de las ramas justo por encima de su cabeza. Cada vez que intentaba beber agua o comer fruta, éstas se alejaban.
https://pixabay.com/es/?utm_source=link-attribution&utm_medium=referral&utm_campaign=image&utm_content=2522447 En un monte vivía una mujer con su hijo. Su marido hacía tiempo que había muerto, pero el hijo era muy trabajador y vivían bien. Un día, estando el joven entregado a la pesca en el río, vio acercarse un puerco de agua. Al mismo tiempo se empezó a oír una voz de mujer que decía: "Corre, corre" Y el joven, muerto de miedo, salió corriendo y se metió en su casa. Sin embargo, al día siguiente, el joven volvió a pescar al río. Entonces, una india muy bonita, toda embijada (pintada), salió de pronto de la tierra y le dijo: -Venga a mi casa. El hombre se quedó sorprendido, pero en seguida le contestó: -Véngase más cerquita. Pero como la india no se movía, el joven adelantó unos pasos e hizo ademán de abrazarla. Entonces la bella aparecida le dijo: -Si te bañas con flores del monte, me llegaré a tu casa est...
Imagen de gene1970 en Pixabay Había un hombre llamado Carroll O'Daly, que no se asustaba de nada. Un día que se dirigía a Kilmallok, al pasar junto al Knockfierna, se encontró con un caballero montado en un potro blanco, que seguía su mismo camino. Los dos viajeros caminaron algún rato sin hablarse apenas. Hasta que O'Daly, sintiendo curiosidad por saber al lugar que se dirigía aquel hombre, le preguntó adónde iba a hora tan tardía. Su asombro aumentó al oír que el caminante pensaba subir al monte Knockfierna sólo para reunirse con las hadas, pues no podía concebir que se hiciera tal cosa por unos seres tan insignificantes. Así que cuando se separaron y el hombre del potro blanco emprendió la subida, se quedó dándole vueltas a lo que éste le había dicho. El pensaba que existía algún oculto motivo que no le quiso descubrir. La silueta del potro y el jinete se recortaba de cuando en cuando sobre la Luna, y guiánd...
Levante es la tierra del algarrobo; crece hasta en lo más alto de sus sierras, siempre que están de cara al mar. Todos los años da su fruto, más o menos abundante, pero siempre seguro. Este árbol singular tiene su leyenda. Había una vez un labrador valenciano al que todo le salía mal. Llegó a perder la considerable hacienda que le dejaron sus padres, y un día, desesperado, a punto de perderlo todo, exclamó: "¡Me daría al diablo!". Al momento apareció ante él un extraño caballero. Iba vestido con gran cuidado y un ligero olor a azufre emanaba de su persona. "Aquí me tienes -exclamó- ¿Qué pides? El campesino pidió oro, mucho oro; quería volver a ser rico, mucho más rico de lo que nunca había sido. El diablo se mostró dispuesto a satisfacer su deseo si, transcurrido cierto tiempo, le entregaba su alma, y le ofreció una bolsa de la que podría sacar cuanto dinero se le antojase. El labrador aceptó el trato y p...
Imagen de Fred Wanderley Fred en Pixabay Gualpa era hijo del gran "curaca" Alcaxuca, el noble terrateniente de Yanqui, al que toda la nación Chumbibilca estimaba por su bondad y rectitud. Llegó el día en que la tierra de Cuzco se sintió azotada por la guerra. Los "viracochas", los blancos llegados del otro lado del océano, penetraron en la tierra sagrada de los Incas, y todo se abatió a su paso. El gran Alcaxuca combatió contra el invasor y fue vencido. Su cuerpo vigoroso fue atado a dos caballos, que partieron al galope, destrozaron sus miembros y los perros devoraron los infelices restos. A partir de este momento, Gualpa y su buena madre no conocieron sino los sinsabores y amarguras de una vida de peregrinación. Harto de sufrir, Gualpa abandonó un día el rancho y dejó en él a su triste madre. Caminó hacia el destierro. Poco a poco se hundió en una existencia inerte y vacía. Durante algún tiempo se dedicó al duro...
Desde que la memoria recuerda, se ha querido explicar el origen de las pepitas de oro que arrastran los ríos Sil y Cua con la creencia de algún tesoro escondido en el subsuelo, que va siendo erosionado por las aguas. El hecho es, que fueron halladas cantidades respetables de oro junto al Castro de Altamira, y la leyenda acerca de este tesoro se localizó en ese punto de Asturias. Sobran motivos para esto, porque se sabe con certeza que en una ocasión fueron halladas en este mismo lugar varias monedas de oro y luego unas barras de este metal dentro de un pellejo de ternero junto con noventa monedas. Hace pocos años se ha encontrado un juego de bolos, también de oro, con una inscripción dedicada al rey y al señor de Altamira. No tiene pues, nada de extraño que con hechos tan exacta se haya formado esta leyenda del tesoro del Castro de Altamira, sedimentada por la tradición oral de muchos siglos. Se cuenta que un personaje popular de aquellos lugares...
En la época de las Comunidades, Toledo fue una de las ciudades en que los rebeldes habían tenido más éxitos en su labor proselístista ( es el celo por ganar adeptos a una causa.) . De allí era uno de los caudillos comuneros, Juan de Padilla, que tan tristemente iba a expiar después su fracaso, en unión de Bravo y Maldonado. En la Semana Santa del año 1521 los ánimos de los partidarios de las Comunidades en la ciudad del Tajo recibieron una gran alegría con la llegada del obispo de Zamora, don Antonio de Acuña, que venía a ponerse a disposición de la Junta. Entre los conjurados se extendió pronto el deseo de que don Antonio ocupase la silla arzobispal, vacante. El obispo de Zamora se negó a las insinuaciones de los que con él compartían su empresa política. Los comuneros, sin tener en cuenta la negativa, insistieron en estos deseos y tramaron realizar por la fuerza lo que no podían conseguir por otros medios. El Miércoles Santo, cuando en la ...
Juanito era un muchacho muy pícaro que a todos les hacía trampas, y por eso la gente le decía Juanito Malastrampas. A todos les debía, a uno tres mil reales, a otro cuatro mil, a otro cinco mil... Le apremiaban tanto las personas a quienes debía dinero que un día pensó hacerse el muerto para no pagar y que no le llevaran al presidio. Pues se hizo el muerto. Le llevaron al campo santo y le metieron primero en la iglesia. Allí dejaron el cuerpo una noche, y a las doce de la noche entraron unos ladrones a robar. Robaron todo lo que pudieron. Había un sastre a quien Juanito Malastrampas debía un real. Este sastre, cuando supo que Juanito se había muerto, se fue a la iglesia y en el camino decía: -Tú no me has pagado el real y por eso te voy a quitar la mortaja. Pero al entrar en la iglesia, vio a los ladrones y se metió debajo de los bancos. Cuando los ladrones creyeron que ha habían robado bastante para todos, se pusieron a repa...
En las laderas del Pirineo, tapizadas de fresca hierba y abundantes florecillas silvestres de varios colores, pastaban millares de rebaños de ovejas y corderos, y otros de cabras que, guardados por sus pastores pasaban allí toda la temporada del verano engordando con los jugosos y abundantes pastos, hasta que, al llegar el otoño y las primeras nieves, que empezaban a cubrir las cimas de los montes, emigraban con sus ganados a otros climas más benignos. En una cabaña enclavada en las altas cumbres se habían refugiado del frío de la noche varios pastores. Sentados al amor de la lumbre, conversaban alegres acerca de las incidencias de aquella jornada y contaban cuentos y sabrosos chascarrillos, con los que mataban las largas horas de la noche. Mientras, los rebaños pacían alrededor de la cabaña, llenando el valle con el son de sus esquilas. En la puerta de la choza apareció un pobre caminante, de aspecto mísero, apenas cubierto por unos harapos y tiritando...
Un hombre tenía tres hijos. Los dos mayores eran más listos que el menor y por eso siempre se burlaban de él. Un día dijo el padre: -He pensado que seas pastor. Hacía un año que estaba guardando ovejas, cuando se encuentra una anciana que le dice: -Hombre, ¿Qué hace usted aquí de pastor de ovejas? -Es que mis hermanos no me quieren, y mi padre me puso de pastor -respondió. -¿Y cómo te encuentras? ¿Tienes buen amo y bastante de comer? -Sí si -respondió el muchacho- Tengo un amo muy bueno y me dan bien de comer. -Entonces ¿Qué te hace falta? -Una gaita. La anciana entonces le dio una gaita y se fue. Comenzó el pastor a tocar la gaita y comenzaron las ovejitas a bailar. Tocaba más y mas, y más y más y con más gusto bailaban las ovejas y las cabras. Así pasaba cada día. Les tocaba el pastor y las ovejas y las cabras bailaban hasta caer rendidas, y luego se tumbaban a descansar un rato. Sus ovejas y cabras siempr...
Un día un campesino pidió con gran insistencia ser recibido por Arturo. Éste, siempre bondadoso, dio orden de que se le llevara ante su presencia. El buen hombre, un poco aturdido, viéndose ante el rey, que ya tenía un prestigio casi mítico, vaciló; pero a las cariñosas palabras del gran guerrero, que le instaba a que declarase su deseo, respondió: -Cerca de donde está acampado vuestro ejército en Bretaña hay un alto monte que se llama el monte Sain-Michel. Allí tiene su guarida un feroz gigante que es el terror de todos los que tienen necesidad de pasar por aquellos parajes. Se lanza sobre ellos y se apodera de los niños. Después dijo que no era esto lo peor, sino que últimamente se había apoderado de la duquesa de Bretaña, así como de todo su séquito. El rey le pidió que le mostrara en donde estaba exactamente la guarida del gigante, y el paisano así lo hizo. Arturo mando llamar a sir Bedver y a sir Kay y les dio orden de que preparasen armas y caba...
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